La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se une a la Federación Internacional de Periodistas (FIP), a la que pertenece, y a UNI Global Union que han anunciado la puesta en marcha de una iniciativa para empujar a los gobiernos a adoptar paquetes de rescate de emergencia para la industria de la prensa escrita en su conjunto (periodismo, publicación, impresión y distribución), así como a introducir un impuesto sobre los servicios digitales ofrecidos por gigantes tecnológicos como Amazon, Google y Facebook, que han acaparado los ingresos por publicidad de los medios de comunicación.
La crisis de la COVID-19 ha acelerado la caída que experimentan desde hace mucho tiempo los ingresos por publicidad de los medios. Solo este año, los ingresos han disminuido un 20 por ciento. Las empresas tecnológicas se han apropiado de una gran parte de este dinero. Por ejemplo, en 2018, Google ganó 4.700 millones de dólares estadounidenses a través de la publicación de noticias, beneficios que no compartió con los periodistas que las produjeron.
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se une a la Federación Internacional de Periodistas (FIP), a la que pertenece, y a UNI Global Union que han anunciado la puesta en marcha de una iniciativa para empujar a los gobiernos a adoptar paquetes de rescate de emergencia para la industria de la prensa escrita en su conjunto (periodismo, publicación, impresión y distribución), así como a introducir un impuesto sobre los servicios digitales ofrecidos por gigantes tecnológicos como Amazon, Google y Facebook, que han acaparado los ingresos por publicidad de los medios de comunicación.
La crisis de la COVID-19 ha acelerado la caída que experimentan desde hace mucho tiempo los ingresos por publicidad de los medios. Solo este año, los ingresos han disminuido un 20 por ciento. Las empresas tecnológicas se han apropiado de una gran parte de este dinero. Por ejemplo, en 2018, Google ganó 4.700 millones de dólares estadounidenses a través de la publicación de noticias, beneficios que no compartió con los periodistas que las produjeron.
«La crisis sanitaria mundial actual está agravando considerablemente las grandes dificultades a las que se enfrenta el sector de la prensa escrita», advierte Anthony Bellanger, secretario general de la FIP. «Los gobiernos deben reaccionar urgentemente. El sector es un bien público y constituye un pilar fundamental de nuestras democracias. Los gobiernos son conscientes de ello. De hecho, durante la crisis de la COVID han identificado el sector como esencial. Ahora no pueden contemplar impasibles cómo se hunde el barco».
En vista de la grave crisis económica que nos depara, los sindicatos quieren que los gobiernos nacionales intervengan para proteger los empleos en los medios y un sector de la prensa escrita que defiende la calidad, la ética, la solidaridad, los derechos laborales y las libertades fundamentales.
«La salud de nuestras democracias radica en exigir responsabilidades a las personas en el poder y los periodistas son los que, por regla general, sacan a la luz los abusos de poder de los políticos y las empresas contra la confianza del público», dice Christy Hoffman, secretaria general de UNI Global Union. «La prensa escrita desempeña un papel muy importante a la hora de divulgar esta información y brindar apoyo a los componentes digitales del periodismo».
Si no se toman medidas, miles de medios de comunicación podrían cerrar y cientos de miles de puestos de trabajo podrían perderse como consecuencia de la consolidación en el sector de los medios y la pérdida de ingresos por publicidad.
La FIP y UNI han hecho un llamamiento conjunto dirigido a los gobiernos nacionales titulado «Paquete de rescate y supervivencia futura para la industria de la prensa escrita». Los sindicatos que están afiliados a estas federaciones utilizarán los puntos que figuran en el llamamiento para obtener apoyo para los medios.
Nicola Konstantinou, jefe de departamento de UNI Gráficos y Embalaje, dice: «La prensa escrita es un bien social y su cadena de suministro es larga e incluye a millones de personas, desde periodistas, editores, revisores, impresores, diseñadores y fotógrafos hasta repartidores, empleados de las oficinas de correos y libreros».
«La elusión fiscal injusta y el robo de ingresos por publicidad por parte de las principales empresas tecnológicas deja a estos negocios, y las personas que trabajan para ellos, en una situación de desventaja. Pedimos a los gobiernos que intervengan para garantizar que las personas que producen y distribuyen las noticias de las que dependemos reciban lo que les corresponde».