Reproducimos el artículo publicado hoy por Diario de León
Nuestro compañero el redactor jefe de Opinion Vicente Pueyo Serrano (Alcañiz, Teruel, 1952) falleció a primera hora de la tarde de ayer, tras sentirse mal mientras practicaba ciclismo, en el cruce de Valsemana de la carretera de Lorenzana a La Robla.
Sus restos mortales descansan hoy en la sala 10 del Tanatorio de Eras de Renueva para posteriormente ser incinerado en la intimidad familiar. Estaba casado y era padre de una hija.
Era licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, ciudad en la que comenzó a ejercer el periodismo en el año 1978 en la agencia Multipress, para pasar en 1982 a trabajar en la sección de Local de este periódico. Durante varios años simultaneó esta labor con la de corresponsal de la agencia Logos, Ya, Tribuna Médica y ABC. Es autor de un libro sobre el conflictivo pantano de Riaño.
Escribir era una de sus pasiones junto con la naturaleza, el ciclismo y la música. Estaba dotado de una buena voz de tenor y era asiduo a los conciertos corales y de música clásica, afición que compartía con su esposa y su hija.
Vicente Pueyo era una de las firmas más prestigiosas de DIARIO DE LEÓN. Se lo había ganado a pulso y a golpe de magníficos trabajos. Su prosa viva y su verbo vibrante es una constante en los miles de artículos que guarda la hemeroteca del decano de la prensa provincial. Un estilo desenfadado y nunca desposeído de rigor le valió en 1988 el Premio Cossío (por un estupendo reportaje sobre la laguna de Villafáfila) y ser uno de los primeros en cosechar el prestigioso galardón que otorga la Junta de Castilla y León. La semana pasada, con motivo del fallo de los Cossío 2011, recordaba Pueyo que lo recibió de manos del entonces presidente de Castilla y León, José María Aznar. «En algún lugar de mi casa guardo esa foto», comentó en la redacción con ese tono suave y esa discreción que caracterizaba al inolvidable periodista.
Antes de desembarcar en Opinión pasó por la sección de Provincia, de cuya jefatura se ocupó antes de tomar las riendas de Cultura. Aunque sus inicios hay que buscarlos en la sección de Local, no ha sido ajeno ni siquiera a la sección de Castilla y León. Fue uno de los pioneros en cubrir la información de las Cortes de Fuensaldaña, en los albores de la autonomía, a donde se trasladaba con su legendario «2cv».
Pueyo representaba el triunfo del periodismo desde la sencillez y la humildad. Sin estridencias, era de los que volcaba en sus trabajos una constante necesidad por el rigor, la pluralidad y la concisión. Todo ello regado de enormes dosis de sensatez. En él se han mirado muchos periodistas leoneses a la hora de buscar un paradigma profesional.
Todos cuantos hacemos DIARIO DE LEÓN nos unimos al dolor de su esposa Mamen, su hija Natalia, sus hermanos y demás familiares. Hoy, en el Tanatorio de Eras de Renueva podremos despedir al compañero y amigo, comprendiendo y respetando el deseo de la familia de que la incineración y demás actos fúnebres se desarrollen en la intimidad.