Los periodistas celebramos nuestro patrón hoy 24 de enero, fecha en la que es
necesario levantar la voz y comunicar, nunca mejor dicho, cuales son los problemas y
peligros que acechan a nuestra profesión, pero también para recordar aquello que
hace que nuestra labor sea tan especial y nos llene de orgullo el poder llevarla a cabo
desde que un día más o menos lejano, según los casos, decidimos no mirar para otro
lado y seguir el camino que nos indicaba nuestra vocación, que no era otro que el de
aprender a contar de la mejor manera posible a los demás todo aquello que vemos y
Como ya venimos denunciando durante algunos años, uno de los grandes problemas a
los que se enfrenta nuestra profesión es la cada vez más precaria situación laboral y
profesional de los periodistas, quienes en algunos casos no cuentan con las
condiciones mínimas que les garanticen poder desarrollar su labor profesional de la
mejor manera posible. Si a esto unimos el continuo intrusismo que favorece la entrada
en medios de comunicación de personas sin ningún tipo de titulación relacionada con
las Ciencias de Información tenemos ante nosotros un panorama preocupante que nos
obliga a defender con uñas y dientes nuestra profesión, denunciando todos aquellos
casos en los que veamos que el periodismo y los periodistas se vean perjudicados
injustamente. Además, no podemos olvidar que los primeros damnificados por esta
situación son los periodistas, pero a continuación los grandes afectados son los
ciudadanos de nuestro país, ya que un periodismo de calidad garantiza una
información veraz, que sin duda es uno de los pilares fundamentales de una sociedad
democrática.
Como nota positiva indicar que por segundo año consecutivo ha descendido el paro
registrado entre los periodistas, reduciéndose un 8% durante 2015 según el “Informe
de la profesión periodística 2015”, presentado hace unas semanas por la Fape. Aunque
es necesario recordar que para este registro no se ha incluido a los recién licenciados
ni a los parados, que como es frecuente en nuestra profesión, buscan alternativas
laborales por otras vías. Otro de los aspectos que destaca dicho informe es el creciente
número de periodistas autónomos en la profesión, ya que la cuarta parte de los
periodistas activos son autónomos y el 65% de ellos están convencidos de que el
futuro del periodismo pasa por esa condición laboral. Por esta razón, es primordial
luchar para que las condiciones ofrecidas por las empresas a estos periodistas
autónomos sean justas y dignas, ya que en muchas ocasiones dichas condiciones
rozan la explotación.
Otra de las notas negativas de las que es necesario hacerse eco es la caída de un 17%
del salario base medio de los periodistas con convenio entre 2010 y 2015, pasando de
los 32.532 euros brutos anuales de 2010 a los 26.972 euros brutos anuales de 2015.
Por último destacar que los propios periodistas fijamos el paro y la precariedad laboral
como el principal problema de la profesión y, en menor medida, la mala retribución del
trabajo periodístico, la falta de independencia política y económica de los medios o la
falta de rigor y neutralidad en el ejercicio profesional.
En definitiva, son muchos y grandes los retos que tenemos ante nosotros, por lo que
debemos afrontarlos con unión y también con autocrítica, ya que tenemos en nuestras
manos que una profesión tan especial y vocacional como el periodismo siga viva o
vaya diluyéndose hasta perder todos los valores que la convierten en una profesión sin
igual y de un valor incalculable para las sociedades democráticas.
Y no podía despedirme sin tener un especial recuerdo hacia nuestro compañero José
Manuel López, que lleva secuestrado desde julio en Siria y al que esperamos con los
brazos abiertos. A todos sus familiares y amigos, al igual que a los de los otros dos
periodistas secuestrados Antonio Pampliega y Angel Sastre, les mandamos todo
nuestro cariño y apoyo.
Pedro Lechuga Mallo
Presidente de la Asociación de Periodistas de León (APL)