La Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI) ha realizado, junto con Ideara, una de las empresas más reputadas del sector demoscópico, el primer estudio específico dedicado a analizar en profundidad la situación de las mujeres periodistas en España y cómo esta influye en el derecho a la información de la ciudadanía.
El estudio, pionero en España, aborda cuestiones como las condiciones sociolaborales en las que trabajan las periodistas (tipo de contrato, jornadas, brecha salarial…), las situaciones de discriminación más graves y frecuentes, o problemas emergentes como el acoso online. También se exploran las medidas que, según las propias mujeres, serían necesarias para avanzar en la Igualdad en esta profesión.
El informe, que se ha llevado a cabo combinando métodos cualitativos y cuantitativos (se ha realizado una encuesta en la que han participado cerca de cuatrocientas profesionales, entrevistas en profundidad y un grupo de discusión), arroja una radiografía minuciosa de la desigualdad en el periodismo.
Entre otros resultados, el informe desvela las razones de la falta de presencia de mujeres en puestos directivos, donde solo el 2,5% afirma que hay igualdad mientras el 95,6% de las periodistas consideran que están copados mayoritariamente por hombres.
2 de cada 3 mujeres periodistas (el 66,7%) no ve posible conseguir un ascenso, siendo solo el 3,8% las que lo perciben como algo seguro o con toda probabilidad.
Casi la totalidad de las mujeres encuestadas (el 88,2%) lo atribuyen a razones estructurales (redes de relaciones masculinas…) y a estar condicionadas por la esfera privada.
Un escaso 7,7% de las participantes estima que tiene las mismas oportunidades de promoción o ascenso que un hombre.
Solo el 3,8% de las encuestadas cree que ‘casi seguro’ o ‘con toda probabilidad’ tienen posibilidad de ascender en su trabajo. Esta percepción de falta de expectativas se ve corroborada por los resultados de la encuesta ya que existe una alta correlación entre el tiempo que llevan en el puesto actual y el tiempo que han permanecido en la empresa/entidad, lo que denota una baja probabilidad de promoción.
Además, las periodistas también resultan penalizadas por el distinto nivel de exigencia: un elevado porcentaje (casi 6 de cada 10) manifiestan que se autoexigen más que un hombre por el hecho de ser mujeres. Asimismo, denuncian que en las mujeres se consideran defectos algunos de los rasgos valorados positivamente en los periodistas hombres (como la ‘agresividad’ profesional).
De las periodistas que se encuentran en ámbitos de responsabilidad, solo el 4,3% coordinan equipos de más de 10 personas.