Cerca de 90 periodistas se vieron obligados en 2012 a exiliarse huyendo de la cárcel o de las amenazas que afrontaban si se quedaban en su país, según un informe de Reporteros sin Fronteras (RsF), con motivo del Día Mundial del Refugiado.
El conflicto sirio ha precipitado la salida de decenas de periodistas que se encontraban en una situación de gran inseguridad en «un régimen obsesionado por ocultar la magnitud de las violaciones de los derechos humanos», según RsF. Además, esta «hemorragia» continúa en Irán.
Cuatro años después de la reelección de Mahmoud Ahmadinejad a la Presidencia de la República, más de doscientos profesionales han tenido que huir. Así, RsF ha denunciado que las recientes elecciones presidenciales se han caracterizado por «las continuas amenazas e intimidaciones a los familiares de periodistas iraníes que tienen que trabajar desde el extranjero».
En Somalia, cada mes la violencia de la milicia Al-Shabaab provoca la salida de periodistas que temen por sus vidas. También en Sri Lanka los medios de comunicación profesionales que se niegan a seguir la línea editorial del Gobierno hace que numerosos periodistas deban huir ante la gravedad de las amenazas.
RsF ha señalado que la salida forzosa no significa el fin de las amenazas y dificultades. «En muchas ocasiones las huídas son abortadas en los países vecinos. Las fronteras son porosas y la vigilancia y las amenazas continúan por parte de representantes de embajadas o funcionarios de su propio país», ha denunciado la organización.
Una huida que se ve perjudicada por la precariedad económica de estos profesionales, sin ingresos y a menudo condenados a diversas penas antes de su salida, lo que debilita su seguridad.
Por esa razón, RSF concedió unas 60 becas o ayudas financieras, a periodistas exiliados. El 75 por ciento procedían de Oriente Medio, especialmente profesionales sirios. La organización les ayudó a afrontar sus necesidades básicas o en algunos casos subvencionó el transporte hacia países más seguros.