REDES
Las redes sociales han entrado a formar parte del relato periodístico tal y como se ha demostrado en la revolución que se vive en el mundo árabe. Existe una nueva «calle virtual» a la que los periodistas pueden salir igual que salen a la calle real y el profesional ha de convertirse en un editor de medios sociales gestionar las cuentas de redes como Facebook y Twitter. Un periodista no tiene porqué ser siempre profundo y las redes (aún a partir de los 140 caracteres de Twitter) hay que usarlas para crear líneas de discusión y la provocación. Precisamente, la colaboración del público durante la mesa redonda contribuyó a un debate muy enriquecedor, potenciado por más de 3.500 tuiteos en apenas una hora. EXPLICAR LA CRISIS Explicar la crisis económica ha exigido a los periodistas un esfuerzo de análisis y de reflexión importante. Esta ha sido, está siendo una crisis larga, compleja, que ha tenido muy distintas manifestaciones: Primero fue una depresión financiera, luego de precios de materias primas, también de los alimentos, y finalmente una recesión y también una crisis de deuda, en resumen una acumulación de dificultades que ha obligado a introducir nuevas palabras, nuevos conceptos y nuevas explicaciones. Hace un par de años hubo que explicar el fenómeno de las subprime y luego el efecto de los calificadores de riesgos y rating. La información económica interesa a la gente, el paro es la primera preocupación de los ciudadanos, pero eso no significa necesariamente que sean seguidores de la información económica. El sistema más duro de control, de verificación, es el que hacen los propios lectores, que advierten de cualquier error que aparece en el diario. EMPRENDIMIENTOS EN INTERNET Hay oportunidades en internet para nuevos emprendimientos. Los medios auditados en Iberoamérica por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano tienen más talento y pasión que planificación y rentabilidad. La audiencia valora el contenido original. Los primeros periódicos nativos digitales buscan su espacio haciendo algo nuevo bajo las banderas de siempre y entendiendo el medio como un espacio dirigido a las inmensas minorías. Los nuevos proyectos abogan por el valor del auténtico periodismo, de la independencia, conscientes de que los primeros años son siempre una larga travesía del desierto que al final arroja sus frutos. Frutos que no vendrán sólo de la publicidad, pues no ha de ser ésta la única fuente de ingresos de las webs para encontrar la viabilidad. TABLETAS Las empresas periodísticas acogen con expectación la llegada de las tabletas, unos dispositivos de penetración aún incipiente en los hogares, pero que vienen acompañadas de ecosistemas de distribución y cobro que recuperan la posibilidad del pago por contenido editorial. Los modelos de negocio todavía están en construcción, pero un rasgo común es que el editor deja de mantener relación directa con los clientes lectores, cediéndola al proveedor de la plataforma. Las tabletas permiten tanto enriquecer contenido editorial ya existente como crear publicaciones completamente nuevas, incluso en régimen de emprendimiento individual. REPORTAJES DE LIBRO Existe una creciente demanda de un periodismo de aliento largo, un periodismo reflexivo, analítico y profundo que tiene cabida mejor que en ningún otro espacio en el formato libro. Pero el formato tradicional tiene limitaciones que se antojan irresolubles. El autor de libro pierde el contacto con el lector, el pulso directo con el público. Pero ante la avalancha de información del mundo contemporáneo, ante la inundación de información hace falta el agua potable de la reflexión. La autoridad del prescriptor, la subjetividad del punto de vista, la profundidad en el uso intenso de las herramientas tradicionales de la crónica encuentran su acomodo ideal en el periodismo de libro FUENTES La publicación de la mayor filtración de la historia, el llamado Cablegate, ha iluminado un nuevo aspecto de la crisis que vive el periodismo: la pérdida de la confianza de las fuentes. A diferencia de situaciones anteriores equivalentes esta vez la fuente de los papeles del Departamento de Estado estadounidense ha escogido a una entidad no periodística para recibir su filtración: WikiLeaks. Lo que supone que alguien se fía mas de Julian Assange y sus hackers internacionales que de The New York Times; un fracaso de la prensa por más que lo vendamos como un triunfo. Las garantías de confidencialidad y de protección de las fuentes, que antes eran suficientes, han dejado de serlo debido a las nuevas características y necesidades que genera el mundo digital. El resultado es un esquema, una receta para construir un WikiLeaks con garantías para las fuentes, y también para la prensa. |
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