A mediados de diciembre de 2021, RSF cifra en 488 el número de periodistas y colaboradores de medios entre rejas por ejercer su profesión, lo que supone un aumento del 20% en un año. Esta subida excepcional de las detenciones arbitrarias se explica principalmente por la situación de tres países: Birmania, donde la Junta Militar retomó el poder el 1 de febrero de este año; Bielorrusia, sumida en la represión tras la cuestionada reelección del presidente Lukashenko, en agosto de 2020; y la China de Xi Jinping, que ha intensificado su control sobre la Región Administrativa de Hong Kong.
Otro dato alarmante es el número de mujeres periodistas encarceladas, también el más alto de la historia. 60 se encuentran actualmente privadas de libertad por ejercer su profesión, es decir, un tercio (33%) más que en 2020. China, que se mantiene por quinto año consecutivo como la mayor cárcel de periodistas del mundo, también es el país que encarcela a más mujeres (19).
El Balance arroja otra cifra significativa, en esta ocasión a la baja: hay que remontarse a 2003 para hallar un número de periodistas asesinados inferior a 50. A 1 de diciembre de 2021, 46 periodistas habían muerto por ejercer su profesión; esta cifra se explica por la baja intensidad de los conflictos armados (Siria, Irak, Yemen). También a la movilización de organizaciones en defensa de la libertad de prensa, como RSF, para poner en marcha mecanismos nacionales e internacionales de protección.