El presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha asegurado esta mañana que cuando surge una crisis con la gravedad de la actual los medios deben actuar «con el máximo rigor, verificando y contrastando los hechos, huyendo de las especulaciones sin fundamento, apoyándose en las opiniones de expertos de reconocido prestigio, rechazando la tentación de convertir la información en espectáculo y evitando dejarse contaminar por la polarización política». Si se incumplen estas premisas, «a nadie puede extrañar que los ciudadanos recurran a otras fuentes de información aunque sean tóxicas», porque «ocultar la información es el mayor incentivo para que se imponga la desinformación».
Nemesio Rodríguez, ha inaugurado la primera de las dos Jornada del ciclo de debate «Los medios de comunicación ante la crisis de La Covid-19», organizado por la FAPE y Repsol, en la que se han tratado dos aspectos fundamentales que han condicionado el trabajo de los periodistas a la hora de abordar la pandemia: el pulso con las administraciones públicas y la avalancha de bulos que estamos padeciendo.
«Desde las primeras noticias sobre el coronavirus nunca hemos recibido más información sobre un hecho determinado y nunca hemos estado más sometidos al riesgo de la desinformación», con el agravante de que esa desinformación, en este caso, «pone en riesgo nuestras vidas», ha afirmado.
Tras Rodríguez, ha llegado el turno de Raúl Magallón, autor de los libros Unfaking News. Cómo combatir la desinformación y Desinformación y Pandemia. La nueva realidad. El también profesor del Departamento de Comunicación de la Universidad Carlos III de Madrid ha realizado una reflexión sobre el papel de los medios ante la crisis de la COVID-19, destacando la necesidad de practicar el buen periodismo, limitar los vectores de desinformación y ser más críticos con las voces políticas y mediáticas «que dicen representar nuestro sistema de creencias pero que no tienen ningún problema en distorsionarlo». Además, ha dicho, «hay que tener presente que el hecho de que nuestros amigos y familiares sean una fuente de confianza no significa que sean fuentes fiables».
Magallón ha enumerado la clara diferenciación de los contenidos patrocinados, la mayor transparencia sobre las webs que se definen como medios de información, conocer a qué grupo empresarial y qué otras webs forman parte del mismo conglomerado mediático y un reparto transparente de la publicidad institucional como «algunos de los mecanismos de adquisición de competencias como consumidores de información pero también de alfabetización de nuestros derechos de ciudadanos».
Seguidamente ha comenzado la primera de las dos mesas redondas: «El pulso periodismo-administraciones públicas en la pandemia», moderada por Mónica Sanz, presentadora del programa «Cuatro al Día», de Cuatro TV, para quien el desconcierto general que vivimos ha afectado a los periodistas haciendo muy difícil su trabajo. «El simple hecho de descifrar las cifras ofrecidas por las distintas administraciones ha sido, a veces, una misión imposible», ha dicho. A pesar de ello, Sanz ha destacado que «el derecho a la información, en una situación tan grave como esta, es aún más necesario, si cabe».
Por su parte, Esther López Palomera, adjunta al director de eldiario.es, ha señalado que «los periodistas están aquí para preguntar, repreguntar, cuestionar y dudar de todo lo que Gobierno y Oposición intentan vendernos como verdades absolutas», porque, últimamente, «nos ofrecen más propaganda que información».
Ha recordado que los periodistas empezaron en esta pandemia con un apagón informativo al que siguieron las ruedas de prensa con preguntas enviadas través de un chat de whastapp y filtradas y, más adelante, tras la mediación de la FAPE y la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), planteadas en directo por videoconferencia. Ahora, ocho meses después «habría que plantearse si estamos mejor que entonces». López Palomera cree que el periodismo se ha empobrecido como causa de la pandemia y que «muchos han encontrado la excusa perfecta para imponernos una serie de normas que pueden ser comprensibles ahora, pero que no se pueden perpetuar en el tiempo. Me gustaría que la resignación no fuera la respuesta por nuestra parte».
El director de contenidos de Salud de RTVM y vicepresidente 1º de la Asociación de Informadores de la Salud (ANIS), Alipio Gutiérrez, ha explicado en su intervención que esta pandemia «nos sirve para reivindicar, una vez más, la importancia de la especialización en el periodismo», máxime si hablamos de salud.
Para Gutiérrez, los medios han llegado tarde a la hora de hacer una crítica seria sobre las actitudes que han mantenido los ciudadanos y los políticos en esta crisis sanitaria. «Hemos sido especialmente livianos», ha dicho, «no hemos sido capaces de trasladar mensajes convincentes y eso ha creado un caldo de cultivo para la desconfianza hacia los medios de comunicación». Además, «No hemos estado a la altura de exigir a quienes tenían la forma de facilitarnos nuestro trabajo que lo hicieran», los hospitales, las UVIS, las residencias de mayores….»Nos hemos impuesto una autocensura para trasladar a los ciudadanos datos que no hicieran tanto daño y ahí hemos fallado. Esa autocensura ha sido lamentable».
El periodista y fotógrafo de Heraldo de Aragón y Premio Nacional de Fotografía, entre otros, Gervasio Sánchez ha completado esta primera mesa de debate y ha hablado de la censura impuesta a los medios, utilizando «argumentos peregrinos», para acceder a las zonas más sensibles de la pandemia. «Es culpa de todas las administraciones de este país: Mentiras, mentiras y mentiras ha sido la actitud de los gobiernos central y autonómicos para sepultar la realidad de lo que ha ocurrido».
Respecto al comportamiento de los medios, Sánchez afirma que «han asumido una actitud sumisa ante los poderes fácticos de este país». «Estamos en un momento muy triste de la prensa española, Las componendas y las relaciones estrechas entre empresas periodísticas, intereses económicos e intereses políticos han secuestrado el periodismo de calidad».
Tras una pausa, ha comenzado la segunda mesa redonda: «Bulos versus información en la crisis del coronavirus», con Mónica Tourón, secretaria general de la APM, como moderadora. En la introducción del debate, Tourón ha recordado que tanto la Asociación de la prensa de Madrid como la FAPE han insistido siempre en que el mejor remedio contra los bulos es la buena información, que debe cumplir tres normas: verificación, jerarquización y contextualización, y ha hablado sobre la importancia de la credibilidad en el oficio de periodista y de la amenaza real de que esa credibilidad resulte herida.
Manuel Campo Vidal, periodista, doctor en Sociología y presidente de Next Educación, ha sido el primero de los tres ponentes en intervenir, asegurando que no recuerda una situación en la que se produjera la cantidad de noticias falsas que están apareciendo en la crisis del coronavirus. «Estamos en un festival mundial del bulo que llega a todos los países», y esto es posible porque estamos en un momento de máxima hipersensibilidad de la ciudadanía, porque hablamos de una crisis sanitaria pero hay seis concatenadas: sanitaria, política, económica, geoestratégica, de valores y de comunicación, y por la sobreactuación de los agentes de la desinformación.
Campo Vidal, que se ha mostrado esperanzado en que frente al aluvión de noticias contaminadas haya una oportunidad para el periodismo riguroso, ha abogado porque se elabore un ranking de medios creíbles, «para que los anunciantes y la ciudadanía puedan elegir», una posibilidad que no ha contado con el beneplácito de Clara Jiménez, cofundadora y CEO de Maldita.es.
En su intervención, Jiménez ha afirmado que estamos ante la mayor ola de desinformación que hemos visto nunca y que ha ido cambiando a lo largo del tiempo de pandemia. En el primer tercio del confinamiento (marzo, abril) era, sobre todo, sobre falsas medidas de prevención y falsas curas; en el segundo tercio (mayo, junio), sobre la desescalada y de carácter político; y en el tercer tercio, sigue abundando la desinformación política y ha entrado la relacionada con el movimiento anticientífico.
La cofundadora de Maldita.es, que ha destacado el alto número de españoles que declaran, por ejemplo, confiar en las comunicaciones que reciben a través de whatsapp, ha concluido que los medios han dejado de ser la única vía para la información.
Por último ha tomado la palabra Gabriel Sanz, corresponsal político de Vozpópuli, quien ha explicado que «las redes sociales han sido muy buenas en otros aspectos, pero han introducido una sensación falsa de democratización del poder y de la voz pública».
Para Sanz, es importante observar la dimensión del rumor (la fake), que hace siglos se quedaba confinado en casa, con la familia y los amigos, pero hoy, con las redes sociales y los smartphones, se ha generalizado. «Quiero creer que con la vuelta a la normalidad, esos medios que usan el rumor y la falsedad quedarán arrumbados», ha dicho.
La primera Jornada del ciclo de debate «Los medios de comunicación ante la crisis de La Covid-19», organizado por la FAPE y Repsol, se ha celebrado sin seguimiento presencial a causa de las medidas sanitarias impuestas por la crisis sanitaria del coronavirus y ha podido seguirse en directo por streaming.