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Juan Luís Cebrián, presidente de PRISA, ha asegurado que estamos ante un cambio global de la Comunicación, mayor que el que trajo consigo la imprenta y similar al que aportó la alfabetización, un cambio mucho más rápido y con consecuencias más severas, que ha acarreado “una crisis enormemente seria del periodismo de calidad, tan seria que puede que acabe con él”.

Cebrián ha participado en el Seminario “Retos éticos del periodismo en la era digital”, organizado por la FAPE,el Col-legi de Periodistes de Catalunya y el Consell de la Informació de Catalunya, que, bajo la presidencia de honor de la Reina Letizia, se celebró ayer en la Sala de Conferencias de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.

Para el presidente de PRISA, la irrupción de Internet ha inmerso al periodismo en un mundo en el que nadie sabe nada de lo que va a pasar, en un momento de “prueba y error” en el que llevamos décadas. “No hay modelos de negocio ni de profesión”, ha asegurado.

La nueva era digital ha motivado que el lugar preferente de la prensa durante siglos como generadora de opinión haya desaparecido, y se están produciendo cambios a una velocidad tan extraordinaria y que “afectan tanto a nuestra profesión –ha añadido – que nos obliga a replanteárnosla”.

La salida de este laberinto, según Juan Luís Cebrián, pasa por añadir valor a la información con un periodismo de investigación, por dar fiabilidad a las noticias y añadir criterio. Porque, pese a todo, “estoy convencido de que va a haber periodismo y va a haber periodistas”.

El Seminario “Retos éticos del Periodismo en la era digital” ha sido inaugurado por la decana de Ciencias de la Información, María del Carmen Pérez de Armiñán, el ex decano del Col-legi de Periodistes, Josep María Martí, y la presidenta de la FAPE, Elsa González, quien ha señalado que Internet ha convertido a la información en un hecho en tiempo real, de una “velocidad desmedida” que no debe impedir el mantenimiento de la ética profesional. “El valor añadido de la información es la credibilidad, y la ética es la clave del futuro del Periodismo”, ha dicho, destacando el papel esencial que juegan en ese futuro la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo y el Consell de la Informació de Catalunya (CIC).

Antes de la intervención de Cebrián, el periodista Luís del Val analizó el periodismo y la ética, centrándose en la parte de espectáculo que interviene en la información, “una influencia malsana, de la que todos los periodistas son un poco víctimas”. “La objetividad es imposible”, aseguró, aunque terminó con un mensaje de optimismo a los estudiantes que componían, mayoritariamente, el auditorio: “Mientras haya profesionales independientes, el periodismo tendrá salvación”.

La jornada se completó con el desarrollo de tres mesas redondas relativas a la formación y la enseñanza de la ética en los estudios de Periodismo, las relaciones empresa-periodistas, y los dilemas deontológicos del periodismo digital. En la primera, participaron Mª del Carmen Pérez de Armiñán, Ruth Rodríguez, profesora de la Universidad Pompeu Fabra; y la presentadora de La 2 Noticias, Mara Torres, moderados por Albert Garrido, secretario general del CIC.

Sobre empresa y periodistas debatieron la directora general de Relaciones Externas de editorial Prensa Ibérica, Asunción Valdés; el periodista Hilario Pino, y Miguel López Quesada, secretario general de la Asociación de Directivos de Comunicación (DIRCOM), bajo la moderación de la periodista de la Sexta Helena Resano.

Por último, participaron en el Seminario Roger Jiménez, presidente del CIC; y Manuel Núñez Encabo, Rafael de Mendizábal, y María Dolores Masana, presidente y vicepresidentes, respectivamente, de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo.

Fue Ñúñez Encabo quien afirmó que este Seminario ha sido un ejemplo de colaboración entre instituciones españolas y catalanes, en unos momentos en que esto no es habitual. Sobre la etapa digital a que se enfrentan los medios, auguró que los nuevos retos se pueden superar siempre que el periodismo mantenga sus señas de identidad: formación adecuada de los periodistas y asunción, por parte de éstos, de su responsabilidad ética ante los ciudadanos, una responsabilidad que ni tienen ni tendrán las redes sociales