Este libro es el resultado de una iniciativa de cooperación público-privada impulsada por el Departamento de Seguridad Nacional a finales del año 2020, con el objetivo de reunir a expertos de la sociedad civil pertenecientes a sectores implicados en el ámbito de la lucha contra la desinformación. Más en concreto, han participado periodistas, académicos, representantes de centros de pensamiento, de organizaciones sociales y de las plataformas digitales, así como representantes de la Administración Pública competente, en un entorno colaborativo orientado a generar el máximo conocimiento sobre el desafío que suponen las campañas de desinformación en el ámbito de la Seguridad Nacional.
El proyecto arrancó con la creación de cinco grupos de trabajo, coordinados cada uno de ellos por dos expertos -un representante de la sociedad civil y otro de la Administración Pública-, y culminó con la elaboración de este libro, que integra como capítulos cada uno de los cinco trabajos.
Esta iniciativa se enmarca además, en la estrategia de la Unión Europea para hacer frente a las campañas de desinformación, que se recoge tanto en el Plan de Acción contra la desinformación, de diciembre de 2018, como en el Plan de Acción para la Democracia Europea, de diciembre de 2020; y que llama a una cooperación aún más estrecha entre la Administración Pública y los actores relevantes de la sociedad civil, el mundo académico y el sector privado como única forma de obtener la visión completa del panorama de amenazas y hacer frente eficazmente a las Campañas de desinformación.
El acto de presentación ha comenzado con las palabras del presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Juan Caño, que ha mostrado su satisfacción por albergar esta presentación en la APM, casa de los periodistas españoles. Caño ha agradecido a Aurelio Martín, vicepresidente primero de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), el trabajo de coordinación realizado y ha dado paso al presidente de dicha Federación, Miguel Ángel Noceda, quien ha destacado la necesidad de luchar contra patrones de comportamiento que atentan a la democracia y a la seguridad nacional. «Sin periodismo no hay democracia», ha recordado el lema de la FAPE, organización que ha participado en este trabajo «con ese principio como punto de partida y en defensa de las libertades de pensamiento, expresión e información y en contra de las medidas coercitivas que supone la desinformación». Para iniciativas como esta, «podéis contar siempre con la FAPE», ha añadido.
Acto seguido, el director del Departamento de Seguridad Nacional, Miguel Ángel Ballesteros, ha introducido, antes de su intervención, al alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell Fontelles. Este ha subrayado la relevancia del momento en el que llega este libro, marcado por el uso de la desinformación por parte del régimen ruso para justificar la invasión a Ucrania, y cómo proteger la libertad de información y luchar contra la desinformación es vital para nuestras democracias. Asimismo, ha agradecido el compromiso de los participantes con la seguridad de España y por extensión, de toda la Unión Europea.
El director de Seguridad Nacional ha agradecido a Borrell su participación y ha retomado su intervención enfatizando la necesidad de involucrar a la sociedad civil en la lucha contra las campañas de desinformación, para poder hacer frente de forma efectiva a esta amenaza a los valores constitucionales y la Seguridad Nacional. Además, aprovechó la ocasión para anunciar la creación del Foro contra las campañas de desinformación en el ámbito de la Seguridad Nacional como mecanismo para dar continuidad a esta iniciativa de cooperación público privada.
A continuación, Marina Rodríguez Díaz, jefa de la Unidad de Ciberseguridad y Desinformación del DSN, ha presentado a los representantes de los cinco grupos de trabajo, cuyas conclusiones conforman los capítulos del libro, y que han intervenido para explicar el contenido de las secciones del volumen y sus principales propuestas.
Ramón Salaverría, catedrático de la Universidad de Navarra, ha destacado sobre el capítulo primero, referido la definición de la desinformación como amenaza a la democracia, la conveniencia de utilizar un lenguaje común y en concreto, utilizar la definición de la Unión Europea que entiende la desinformación como «la información verificablemente falsa o engañosa que se crea, presenta y divulga con fines lucrativos o para inducir a error deliberadamente a la población, y que puede causar un perjuicio público».
Por su parte, Yolanda Quintana, secretaria general de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información, ha expuesto las recomendaciones del capítulo dos, que recoge una serie de propuestas de regulación ante la desinformación, subrayando la complejidad de la regulación en esta materia, que permiten conciliar los objetivos de lucha contra la desinformación con la preservación de las libertades informativas y de prensa de los distintos sujetos implicados.
Aurelio Martín, vicepresidente primero de la FAPE y coordinador del capítulo tercero, dedicado a la alfabetización mediática y su importancia como herramienta clave en la lucha contra la desinformación, ha remarcado, de entre las conclusiones de su grupo de trabajo, la necesidad de fomentar iniciativas innovadoras en este campo y la importancia de incluir la alfabetización mediática como una asignatura específica en el currículum académico en todos los niveles educativo.
El capítulo cuarto recoge diferentes propuestas para combatir las campañas de desinformación en procesos electorales. Jordi Rodríguez, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra, ha resaltado, entre ellas, la conveniencia de disponer de un foro estable de encuentro, contacto, comunicación y trabajo que permita enfrentarse a cada proceso electoral desde una perspectiva integral y actualizada frente a la evolución de la tecnología y de nuestra propia sociedad.
Para finalizar, Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano y coordinado del capítulo quinto, dedicado recoger unos principios para una estrategia contra la desinformación, ha enfatizado que la evolución de la amenaza que presentan las campañas de desinformación requiere una estrategia de neutralización que cuente con la definición de principios para el empleo de nuevas capacidades, que rebasan las que caracterizan los instrumentos convencionales hasta ahora disponibles.