La FAPE condena la oleada de agresiones contra los periodistas, españoles y de otras nacionalidades, desplazados a El Cairo. La primera organización profesional de periodistas de España califica estos hechos de campaña concertada de intimidación de los profesionales extranjeros que cubren la crisis egipcia.
La FAPE recuerda a los manifestantes progubernamentales, señalados como autores de los ataques por los periodistas españoles allí destacados, el respeto debido a quienes trabajan para ofrecer información libre e independiente. Pese a que la situación que acontece en Egipto no pueda calificarse de conflicto bélico, esta Federación se atiene al Protocolo adicional I a los Convenios de Ginebra para la protección de los periodistas, que los identifica como civiles, para reclamar el cese de las agresiones contra los informadores.
Elsa González, presidenta de la FAPE, mantiene comunicación directa con el Ministerio de Asuntos Exteriores español, cuya titular está en continuo contacto con los periodistas españoles que se ocupan de la cobertura de las revueltas. El Gobierno ha puesto a su disposición un vuelo de Iberia preparado para partir hacia España si los periodistas deciden abandonar el país, posibilidad que por el momento estos descartan, según informan fuentes de Exteriores.
Como denuncia de esta oleada de violencia contra la prensa, la FAPE quiere recordar que los periodistas son observadores independientes y no partes en conflicto.
Los enviados especiales de TVE, El Mundo, RAC 1, TV3, La Vanguardia, ETB y ABC conforman la lista de periodistas españoles atacados.
Enric González, enviado especial de diario El País, ha calificado de auténtica caza al periodista los sucesos de ayer miércoles. El corresponsal confirma la vigilancia ejercida por coches de policía camuflados y apostados a las puertas de los hoteles donde se aloja la prensa internacional. De acuerdo a su narración, los seguidores de Hosni Mubarak están obligando a los periodistas a bajar de los taxis en que se desplazan para robarles el móvil y agredirles.
En conexión en directo difundida por el Canal 24 horas de TVE, Rosa María Molló ha calificado de “muy tensa” la situación de los periodistas en El Cairo. “Estamos secuestrados por los progubernamentales”, ha denunciado.
Por su parte, Álvaro Zamarreño, de la cadena SER, concede que el grupo de periodistas españoles está reforzando las medidas de seguridad ante el recrudecimiento de la violencia, limitando sus movimientos y ajustándose al toque de queda, lo que reduce la información que puedan recabar.
Los periodistas españoles, que se niegan a abandonar el país y temen convertirse en noticia “cuando los protagonistas son otros”, informan de las dificultades para comunicar entre ellos por los constantes robos de móviles. Samuel Aranda, fotógrafo freelance que trabaja para la agencia Corbis Images, estaba esta tarde ilocalizable. Gemma Saura, del diario La Vanguardia, fue asaltada anoche por un grupo de seguidores de Mubarak que la insultaron y le robaron el bolso y el móvil, según informa este periódico. La misma suerte corrió Sal Emergí, enviado especial de la radio catalana RAC1 y colaborador de La Sexta y El Mundo, a quien le sustrajeron el móvil cuando intentaba conectar en directo. Beatriz Mesa, de COPE, y Laura Caro, de ABC, fueron sacadas de un taxi a la fuerza, les robaron el móvil y permanecieron más de una hora retenidas en un centro de detención. Mikel Ayestaran, enviado de ETB y del diario ABC, fue empujado de forma agresiva por manifestantes, al igual que la periodista Mayte Carrasco y el cámara Jaime López, freelances para varios medios, y que Joan Roura, de TV3.
La FAPE también quiere hacer mención a la difícil situación de los periodistas egipcios y reclamar para ellos idéntico respeto que para los profesionales extranjeros acreditados en El Cairo.