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En una sala completamente llena del Hostal San Marcos se desarrolló la entrega del premio económico Fabián Estapé de la Asociación de Periodistas de León, con la presentación de Conchi Álvarez, directora de RNE León y miembro de la junta directiva de la APL. Una cuarta edición que por primera vez no ha podido contar con la presencia del profesor Estapé, fallecido hace unos meses, aunque si ha participado una de sus hijas.

Ana Gaitero comenzó recordando el artículo premiado «El campo más verde» que el jurado valoró por ‘la investigación desarrollada, el contraste y aportación de diferentes fuentes y la originalidad en el actual contexto social y económico’. Gaitero tuvo palabras  para la situación de  crisis «que se lleva por delante el estado del bienestar» cuando hemos sido testigos en poco tiempo del «paso de la burbuja inmobiliaria al apalacamiento de los bancos, la desregulación laboral o el desmantelamiento de los servicios sociales» mientras sentenciaba que «las promesas electorales están guardadas bajo las alfombras de la Moncloa». La premiada fue crítica con el actual modelo de trabajo de los medios de comunicación más preocupados por «las agendas políticas» que emiten «noticias cocinadas», a la vez que era consciente de que al periodista le cuesta dar noticias de la calle. También manifestó su contrariedad ante las barreras de los gabinetes de prensa que impiden desarrollar el trabajo del periodista. Ana Gaitero terminó su intervención con una emocionado recuerdo a los periodistas que nos han dejado en los últimos meses, entre ellos, Vicente Pueyo, Maite Almanza y Jose Luis Estrada.

En la ceremonia de entrega el invitado en esta ocasión ha sido el astorgano Jose Antonio de Paz, ex – presidente de HP Ibéria, que ha ofrecido una conferencia sobre la crisis economico-financiera que asola medio mundo, en la que ha puesto de manifiesto que el futuro de los medios comunicación pasa por servir al usuario personalizando el producto según sus particulares gustos en un modelo eminentemente digital y auguró un crecimiento en la demanda de información por parte del usuario. En poco más de 20 minutos ha resumido las causas de la crisis financiera actual que deja una ausencia de valores sociales, que puede tener consecuencias más importantes que las propiamente económicas. De Paz consideró que «con trabajo, talento e innovación podremos afrontar el futuro», después de reordenar el panorama actual que nos ha dejado en herencia un modelo económico y de desarrollo  obsoleto.

Textos de los tres intervinientes en el acto:

Charla de Jose Antonio de Paz en la entrega del premio Asociación de Periodistas de León:

TÍTULO:  La crisis y la comunicación vista desde la multinacional

Buenas tardes y gracias a la organización por darme la oportunidad de aportar mi punto de vista sobre lo que está pasando, cómo afecta a la comunicación y el futuro.

Es fácil analizar siempre las cosas a posteriori, yo recuerdo lo que ocurrió durante la crisis de las .COM a principios de los 2000 y los  analistas que habían asegurado que si no se tenia el negocio en internet la muerte estaba asegurada, y como las compañías que anunciaban un portal subían un 20% en bolsa. Cuando llegó la crisis los mismos analistas explicaron sin sonrojo que todo había sido un exceso y si habían sobrevalorado las expectativas. Mirando la historia hay lugares comunes en todas las crisis (la gran depresión USA, las .COM o la actual crisis financiera): demasiado euforia, sobrevaloración de activos, se olvida el ahorro y se apuesta por la especulación y una contabilidad laxa.

Yo creo que la visión desde  la multinacional es buena, además de ser mi experiencia durante casi 30 años, ya que fueron los primeros en inventar la globalización, por lo conocen bien los distintos comportamientos de cada país y además durante los últimos años han abordado procesos muy serios en normas de conducta y rigurosidad. No son perfectas pero nos pueden enseñar muchas cosas para explicar que nos pasa y como abordarlo.

En estos días hay quien ha definido esta situación como la Tormenta Perfecta, iniciada con la crisis de las subprime en USA y que se generó una crisis financiera. En España hemos sufrido además dos tormentas adicionales: la del ladrillo y el déficit con su impacto en la deuda.

Yo estoy en desacuerdo que estemos solo en una crisis financiera y económica, aunque estas sean las consecuencias, pero la verdadera crisis en la que estamos inmersos es una enorme crisis de Valores. Tenemos que ser humildes y sensatos, y reconocer que hemos cometido muchos errores dejando, en gran parte, de lado muchos valores tradicionales como el esfuerzo, la seriedad, la rigurosidad, el amor por las cosas bien hechas, etc. Reconozcamos que durante años hemos pretendido hacernos todos ricos en tiempo record viendo como el valor de nuestros activos se disparaba a % anuales insensatos (p.e. la vivienda) y hemos dejado mirar a los parámetros a largo plazo: la competitividad real de la economía, el déficit de la balanza de pago o la tasa de innovación. Es decir, cortoplacismo, y si me lo permiten, búsqueda del pelotazo. Pero lo que más nos debería de preocupar es lo que le hemos enseñado a nuestros hijos y la herencia que les dejamos: de entrada un 45% de paro juvenil. Todo esto, y no se por qué, me recuerda a mi abuelo agricultor de San Román de la Vega, que decía siempre que el problema generalmente nos son los ingresos si no los gastos.

En este terreno yo he podido ver estos últimos años como las multinacionales líderes han resuelto muchos de estos problemas. Tengamos en cuanta que muchas operan en más de 150 países y han hecho un gran esfuerzo para regular y asegurar el comportamiento de las personas y procesos de negocio en cada región o país. A ellas no le sorprende que la crisis este castigando más duro a los países del sur de Europa: Grecia, Italia, España y Portugal (los PIGS). El comportamiento en general en los negocios de estos países es muy diferente al de Alemania, Suecia o Dinamarca.  A los americanos o centroeuropeos les sorprende que la media de cobro en España sea superior a 60 días, o ver como compañías españolas exigen que su estándar de pago sean 180 días. No lo entienden, cuando la práctica habitual debería ser 30 días como en otros países denominados más rigurosos. Por tanto muchas multinacionales han tomado estos años algunas medidas orientadas a la rigurosidad de los procesos de negocio con objeto de poder mirar con tranquilidad al futuro y no estar constantemente dedicando energía a resolver problemas. Por ejemplo:

. No admitir contratos  con clientes que excedan el límite de días de cobro estándar de la compañía o no vender a clientes (privados o públicos) que no estén al día de pago. Por eso la lista negra (black list) de clientes que no pagan crece en estos tiempos y se prohíbe hacer negocio con ellos. La filosofía es clara: más vale perder un negocio que hacer las cosas mal.

. También se han endurecido las normas contables y el nivel de supervisión corporativo. De hecho, si en un país alguien se las salta o interpreta es despedido fulminantemente.

. Se han implantado procesos internos denominados SBC para formar a los empleados y asegurar que todo el mundo cumpla con los estándares de conducta de la compañía. Si alguien incumple es también despedido de inmediato. Un ejemplo en este sentido de los SBC, debido a las rigurosas normas de negocio americanas en sus relaciones con el Sector Público, es la prohibición de invitar a comer o regalar nada por valor de más de 50$ a empleados públicos y que puede sorprender pero se ve claro el mensaje.

En definitiva, estos y otros ejemplos tienen que ver con la filosofía que se transmite desde el headquarter de la multinacional a los países y que se refleja claramente  en un libro de negocios famoso en USA que se titula “Las compañías que sobreviven” y que dice expresamente:  las compañías que sobreviven no son las que tienen los mejores productos o servicios o las que tienen los mejores profesionales, son las que tienen Valores”.

Yo creo que deberíamos aprender la lección de todo lo que está pasando para salir de la crisis, pero sobre todo para después y evitar que esto se repita, y deberíamos refundar ciertos aspectos de nuestra sociedad y retomar y reforzar los valores tradicionales que nos den estabilidad y crecimiento. Para ello debemos de revisar el QUE hacemos (negocios, estrategias y prioridades) pero sobre todo revisar a fondo COMO lo hacemos. El cómo es a largo plazo lo más importante y es lo que transmitirá confianza, nos dará competitividad y estabilidad.

Esta refundación del COMO (es decir de los valores) tendrá que abordar muchos aspectos pero yo me voy a referir solo a cuatro:

. El Primero es la EDUCACION, para educar más profundamente a nuestros hijos en valores y no solo en conocimientos, tanto dentro como fuera de casa. Dentro de casa, ¿qué puede pensar un hijo que ve que sus padres gastan más de lo que ingresan ?, ¿ o que ve que piden un préstamo para ir de vacaciones ?. Si nuestros hijos ven endeudamiento para gastar y no para invertir…qué harán de mayores ?. Y fuera de casa… ¿ quienes son sus referentes o sus ídolos ?, pueden ser deportistas, que está bien, pero si además son personajes de la telebasura (por cierto, expresión máxima de la cultura del pelotazo – cero esfuerzo y máximo rendimiento-) pues vamos mal. En USA los referentes de los jóvenes son más habitualmente personajes como los fundadores de Facebook, Google, Apple o Microsoft. Yo dudo mucho que en España muchos jóvenes tengan como referente a Amancio Ortega (leonés por cierto).

. Y hablando de esto, el segundo punto que quiero tocar es el del RECONOCIMIENTO. Una sociedad que quiere ser más profunda en valores debe de reconocer más a personas que los representen. Los ejemplos de Amancio Ortega o Warren Buffet en USA demuestran que es compatible el éxito empresarial con la sencillez y hasta la austeridad relativa a su poder adquisitivo. A lo mejor es que no es una casualidad, y es que el éxito empresarial va ligado a la normalidad y no a la ostentación. En el capítulo del reconocimiento los medios de comunicación tienen un papel fundamental.

. Y el tercer punto es la REGULACION, ya que hoy tenemos consenso que uno de los grandes fallos de estos últimos años ha sido una deficiente regulación. Debemos revisar nuestras leyes y normas para que podamos dedicar nuestros esfuerzos en construir riqueza y no en estar constantemente tapando agujeros, sabiendo que las valoraciones de activos, provisiones, etc son las correctas y asumiendo que en las finanzas hay que ser conservadores y no valen voluntarismos que luego nos cuestan tan caros. Les dejo a los economistas el debate de las medidas a tomar pero en el fondo me hace gracia las críticas a la Merkel por su austeridad que ha hecho que Alemania vuelva a crecer un 0,5% este trimestre.

. Y finalmente el AHORRO. Debemos 3B € en total (tres veces el PIB) y casi uno es con el exterior. Debemos ahorrar porque un país que no ahorra no es libre.

Con todo estoy convencido que saldremos adelante porque seguimos teniendo el activo más importante: nuestra gente y el talento, pero a la vez tenemos que reconocer que los españoles somos muy capaces y muy competitivos como individuos pero que fallamos como colectivo. Este fallo depende precisamente de los valores y del cómo hacemos las cosas. Y esto ha sido también un área de trabajo intenso en las multinacionales, donde se evita el comportamiento de los empleados como estrellas o primadonas. Todo se basa en el equipo y uno de los factores clave de reconocimiento a los empleados es su capacidad para trabajar en equipo.

En definitiva habrá que hacer muchas cosas para construir el futuro pero quiero apuntar tres que considero claves:

. Educación: a pesar de las restricciones presupuestarias se deberían afrontar algunos cambios estructurales y evitar el fracaso escolar tan elevado. Para ello es clave prestigiar y potenciar la Formación Profesional donde nos deberíamos mirar en el modelo alemán y una estrecha colaboración con la empresa. En la Universidad, para poder aumentar la calidad y prestigiar a las Universidades españolas hay que tender a la especialización ya que tener de todo de todas parece imposible y no favorece la calidad. Además deberíamos copiar algunos capítulos del funcionamiento de las universidades anglosajonas para acercarlas más a la empresa, acelerar la incorporación laboral y buscar financiación.

. Consolidación empresarial: la PYME es fundamental pero además necesitamos empresas mucho más grandes que puedan competir mejor en los mercados globales. El tamaño ayuda a competir en todos los sectores ya que por ejemplo sorprende que los franceses o alemanes exporten productos agrícolas más baratos que los nuestros. La respuesta está en el tamaño y la capacidad de innovación. Hay que reconocer que tenemos grandes compañías en el IBEX 35 y que algunas de ellas fueron fruto de un plan estratégico en los 90s para que las privatizaciones pudieran ayudar a construir grupos empresariales de gran dimensión.  Parece que en breve puede haber oportunidades de privatizar y creo que se debería repetir la estrategia.

. Innovación: es triste ver como nuestro % en I+D+i sobre PIB se sigue reduciendo y eso va a afectar a nuestra competitividad. Hay que reducir el gasto corriente pero, si pensamos también en el futuro y no solo en el presente,  nunca tocar las inversiones en Innovación. Es estos años he visto como las multinacionales nos han pedido reducciones de gasto e incluso de plantilla pero siempre se han mantenido las inversiones en I+D+i ya que cortar esto es empezar a matar la compañía.

Y para terminar, y hablando de innovación, el sector de los medios de comunicación es uno de los más impactados por la innovación y que está bajo una continua transformación en los últimos años, al mismo tiempo que está siendo afectado gravemente por la crisis.

En el momento álgido de las .COM se predijeron grandes cambios para el sector de los medios de comunicación dirigidos por la explosión de Internet. Algunos se han producido ya y otros están por venir pero tenemos que tener en cuenta que los cambios tecnológicos van generalmente más deprisa que el ritmo al que la sociedad es capaz de absorber o de cambiar sus hábitos.

Hoy en día la producción de los medios es 100% digital, viéndose algunos ejemplos interesantes de distribución y comercialización también digital. La revolución continuará sobre todo en los modelos de negocio para poder hacerlos rentables  y explotar todas las nuevas posibilidades de la publicidad digital. El reto continúa cara a un 2015 con 7.000 millones de Smartphone en el mundo, las nuevas redes móviles que lanzarán las operadoras con más velocidad y una gran tendencia global: la personalización de los contenidos digitales para cada usuario. El tiempo dirá….

Ahora bien, donde si se prevé un cambio importante a largo plazo es en los medios en papel. Hubo analistas que predijeron el final de la prensa impresa y que todo se movía digital. Evidentemente este era un maximalismo pero a la vez hay que reconocer que el proceso de la prensa impresa procede del siglo XIX:  producción del contenido, impresión y distribución, y comercialización. Hoy la producción es digital pero el resto del proceso es el clásico, con una impresión central, la distribución física y la comercialización del mismo ejemplar para todos los clientes. Este modelo plantea algunos retos:  pérdidas de tirada por no venta, coste de la distribución y producto no personalizado en función de las preferencias del comprador.

Hoy en día +85% de la impresión en el mundo es analógica, es decir la clásica en mondo imprenta para entendernos, pero ya existen tecnologías de impresión de gran formato que permiten imprimir grandes volúmenes de ejemplares y cada uno sea diferente al ser digitales. Por cierto, hay una multinacional que tiene un pequeño centro de I+D de esta área en León. El uso de esta tecnología permitiría cambiar el modelo de negocio pasando a:  Producción, distribución digital del producto personalizado y la impresión y comercialización en el punto de venta. Con los volúmenes adecuados y su impacto en la reducción de costes de esta tecnología podría ser viable este cambio, ahorrando costes en pérdidas de papel no vendido y en su distribución. Pero la gran revolución sería la del punto de venta e impresión, y ya hay analistas que hablan del Kiosco digital, donde se podrían unir las actividades del kiosco actual, la fotografía digital o centros de reprografía. El usuario estaría suscrito a su periódico a la carta mediante un perfil y podría seleccionar contenidos en función de sus gustos o localización.  Parece un sueño y no sabemos exactamente cual va a ser el modelo pero si hay consenso en los centros de I+D y en los analistas que en este terreno se verán importantes cambios en el futuro y que vendrán determinados por los hábitos del consumidor. Por ejemplo, hay que observar detenidamente la próxima década cuando los llamados “nativos digitales” (nuestros hijos o nietos) se incorporen al mercado laboral y ver si consumirán papel o serán usuarios únicamente del Tablet o Smartphone. Muchos de nuestros jóvenes de menos de 20 años no han comprado nunca un periódico. Seguramente la respuesta será híbrida y habrá de todo.

En cualquier caso, en el futuro de los medios de comunicación podemos ser optimistas ya que la demanda de información es creciente y se seguirá acelerando. Lo que si es incierto es la evolución tecnológica y la evolución de los hábitos del consumidor, eso marca la importancia de que los medios estén cada vez más atentos a su capacidad de innovación.

Al final, el trabajo, el talento, la innovación y los valores serán siendo la clave del futuro, así que primero tendremos que ordenar la tienda de una vez y después a trabajar duro y en equipo que no queda otra.

Muchas gracias y como se suele decir en los rótulos de los medios “la organización no necesariamente comparte ni se responsabiliza de las opiniones vertidas por el ponente”.

Gracias y enhorabuena al premiado.

Intervención presidente de la APL, Fernando Aller:

Buenas tardes.

Autoridades, señoras y señores, compañeros y compañeras, amigos todos.

Ante todo, muchas gracias por vuestra asistencia a este acto y gracias de forma muy especial a Elisa Estapé Tous.  Su presencia nos honra y, sobre todo, nos permite trasladarle una vez más, nuestro reconocimiento a la memoria de su padre, profesor Estapé, quien con su generosidad quiso prestigiar el premio de periodismo que hoy se entrega. Gracias.

Gracias a José Antonio de Paz por su desinteresada colaboración y por sus lúcidos mensajes en estos momentos de nieblas.

Gracias también a quienes nos han apoyado en la creación y mantenimiento de este premio, que llega a su cuarta edición.   A la empresa Construcciones García Blanco por  su ayuda.. Carmen, la Asociación de Periodistas de León te ruega que traslades a tu padre, Lorenzo García Blanco, nuestra gratitud y el cariño que personalmente le profeso.

NOS REUNE aquí un hecho sumamente jubiloso y gratificante, que es premiar  a un compañero, a una compañera.

 Nuestra felicitación a Ana Gaitero por haber sido acreedora al premio de Periodismo Socioeconómico Fabián Estapé, un galardón que ha otorgado  un jurado, sin duda, de la más alta cualificación profesional.

 Gracias a los miembros del jurado por vuestra participación, consciente de que lo más duro es enjuiciar el trabajo de nuestros  colegas, a quienes nos unen lazos profesionales en algunos casos y de amistad en todos:  José Miguel Fernández, Javier Vega, Martínez Carrión,   Martínez Fidalgo, Marco Romero y Antonio Corcoba, gracias por vuestro trabajo.

El premio Fabián Estapé se otorga a un trabajo periodístico, incluso con una limitación de páginas, pero resulta evidente que detrás siempre hay un autor de largo recorrido. En este caso, de muchos recorridos. Porque Ana Gaitero cosecha los premios a pares: En dos ocasiones ha obtenido el Premio Cossío, el más importante en su género de Castilla y León, y también esta es la segunda vez que gana el Premio Fabián Estapé.  Añade a su currículo una decena más de galardones, aunque el mejor galardón para un periodista es tener la certeza de que al otro lado siempre hay un lector, un oyente de radio o de televisión que sabe que lo que le cuentan es cierto.

Tomo prestado un párrafo de otro gran periodista, Emilio Gancedo, para trasladarles a ustedes una semblanza que considero muy justa y ajustada de la profesionalidad y valor ético y moral de Ana  Gaitero, bienes no sobrados en estos tiempos que corren y que por eso enorgullecen y sirven de estímulo a la profesión periodística.

Leo el texto de Emilio Gancedo publicado en el Diario de León el pasado día 12: “A la llamada de ese nombre y ese apellido (Ana Gaitero) bien arraigado en las choperas  del bajo Esla acuden kilómetros y kilómetros de páginas protagonizadas por mujeres y hombres a los que no se les suele dar voz, piezas clave de nuestra sociedad, de nuestra cultura tradicional y de nuestro medio ambiente, tan importantes como poco atendidos.

 Gaitero, que pisa más tierra que moqueta, ha conseguido llevar a primera plana a los más débiles, a los más necesitados, a los más curiosos, a los más auténticos, a los más prestosos de entre los nuestros. Y en esta ocasión retrató a los valientes que se atreven con otra forma, más respetuosa con el medio ambiente, de labrar el campo”. Fin de la cita.

Efectivamente, Ana Gaitero representa el periodismo más auténtico, sin duda el único que sobrevivirá y, en consecuencia, el único sobre el que pervivirán las empresas. Es el periodismo a pie de obra, el que cuenta de primera mano, el que indaga, el que cuestiona siempre la primera respuesta, el  que contrasta fuentes y elude quedarse en simple correveidile.

Es oportuno subrayar estas cuestiones porque estamos asistiendo a un proceso de cambio económico y social que nos llevará a un mundo nuevo. Sin duda, también mejor. A lo largo de la historia siempre ha sido así. El problema ahora es que el parto está siendo excesivamente largo y doloroso Extremadamente doloroso para muchas personas. La crisis ha llevado al paro en estos últimos cuatro años a millones de personas. A más de cinco mil periodistas.

Con motivo del Día de la Libertad de Expresión, la Asociación de Periodistas de León y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, hicieron públicos sendos comunicados en los que se ponía de manifiesto que el colectivo profesional de periodistas está sufriendo los embates de la crisis con mayor virulencia que otros.

Y es que a la crisis económica  se ha sumado también la crisis de modelos.

 Se está atravesando la línea que nos traslada de los medios de comunicación de masas a la masa de medios de comunicación. Pero esta proliferación de medios, sustancialmente debido a la explosión de internet, a veces se convierte en espejismo y equivocadamente se confunden los soportes por los que circula la información con los contenidos. Más medios significa mayor libertad, pero no necesariamente esto es así si no se utilizan de la forma debida. Internet ha hecho creer a muchos consumidores que la información  se produce gratis. Y no es así. La buena información es cara y hay que pagarla. Si alguna empresa de comunicación cree que su futuro está en el corta y pega, está equivocada y abocada al fracaso.

Ante este mar de confusión, estamos seguros de que “el futuro sigue estando, independientemente del soporte en que se exprese, en el periodismo hecho con rigor; el periodismo que contrasta la información, el que verifica lo que está ocurriendo, el que recurre al uso independiente y plural de las fuentes y el que cumple las normas éticas y deontológicas que rigen nuestra profesión.

Por eso, la única certeza que tenemos es que sin periodistas no hay periodismo. Podrán cambiar las redacciones, podrán cambiar los escenarios laborales, pero siempre se necesitará un periodista bien formado y capacitado para  jerarquizar la abundante información que circula, para cubrir las noticias que interesan y preocupan a los ciudadanos y para hacer las preguntas que temen los poderosos”.

Intervención de la premiada Ana Gaitero:

Autoridades,  colegas, amigas y amigos

Buenas tardes:

Los pequeños detalles son auténticos tesoros. Tan solo uno basta para enriquecer el instante que pasa y cambiar el mundo. Los pájaros, de Germano Zullo.

El valor de las pequeñas cosas

Hace unos días, cuando me comunicaron que había ganado el Premio Fabián Estapé por el reportaje “El campo más verde”, un colega encontró paradójico que una periodista que ha dedicado buena parte de sus esfuerzos a las causas sociales reciba un premio de periodismo económico.

Yo misma me sentí una extraña en este foro hace cuatro años cuando recogí el primer galardón, compartido entonces con una joven periodista, Marga Luengo, a día de hoy una de las casi siete mil personas que han perdido su empleo en el periodismo desde que empezó la crisis.

¿Qué hace una chica cómo tú en un sitio cómo éste?, me preguntaba, cantando por lo bajo, para sosegarme, la canción de los Burning. Una chica que había estudiado periodismo con la ilusión de contar historias más que de hacer números.

Pero resulta que detrás de la gente siempre está la economía. Y la economía, pienso yo, debe estar al servicio de las personas. Yo misma fui educada en un colegio de la obra social de la Caja. Esa que ahora no sabe, ni contesta a la sociedad que llama a sus puertas. Y acudí a un instituto público y luego fui a estudiar a Madrid a la universidad pública porque había becas y manos para trabajar.

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En esta ocasión mi intrusismo en el Estapé puede ser aún más grave. Es cierto que la Asociación Leonesa de Periodistas ha cambiado el apellido del premio –ahora se llama socioeconómico- lo cual daba una cierta oportunidad a mi supuesto perfil o estereotipo de periodista de lo “social”.

Pero voy yo y presento un trabajo sobre agricultura y ganadería. Y resulta que la economía agrícola ha sido expulsada del Samuelson, una de las ‘biblias’ en las que estudiantes de económicas y también de periodismo aprenden las nociones básicas de la economía.

 “Lo pequeño es hermoso”, señalan los autores, al indicar en el prólogo de la décimo octava edición que el libro ha perdido un cuarto de su peso:  “Hemos eliminado la economía agrícola, los sindicatos, la economía marxista, la falacia del peso de la mano de obra y la economía de la salud a fin de dejar espacio para la economía ambiental, la economía de redes, los ciclos reales de negocios y la economía financiera”.

Me tranquiliza leer el párrafo completo, pues el reportaje ahora premiado encajaría en una parte de la doctrina económica salvada por el Samuelson: ¿quizás la ambiental al tratarse de un trabajo sobre la ganadería y la agricultura ecológicas en la provincia de León?

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La vida está llena de paradojas, me digo a mí misma: “Tú que eres feminista y defensora de la paridad eres premiada por un jurado absolutamente masculino”. Pero no se trata de mí, sino del lugar que ocupan las periodistas, economistas, empresarias… las mujeres en general. O mejor dicho, de los lugares que no ocupan. Porque haberlas, haylas.

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Dicho ésto, sigo confusa e inquieta porque, personalmente, no acabo de encontrar la conexión entre la realidad de la economía, la que cada día sufren, sufrimos, millones de personas, y la economía financiera que manejan unos pocos para beneficio de unos pocos con el obtuso lenguaje de la prima de riesgo y el rating de solvencia; o la obscenidad de los CDS, que no es un partido político resucitado, sino los ‘credits defaults swap”, seguros que para sus tenedores convierten la caída de Grecia en una opción más ventajosa que su salvación.

Hemos pasado de la burbuja inmobiliaria al desapalancamiento de los bancos, pero estamos en la sima más profunda de la crisis. Y aquí pongo en entredicho el razonamiento de mi colega: la economía está íntimamente ligada a lo social. Siempre ha sido así.

Y ahora más que nunca. Porque la crisis económica se está llevando por delante los derechos laborales y servicios sociales. El supuesto estado del bienestar es arrasado por el sunami de la desregulación laboral y las amputaciones irreparables en sectores básicos,  como son la educación, la sanidad y los siempre olvidados servicios sociales.

El Estado ha recortado un 40% el presupuesto que dedicaba a los servicios sociales básicos, tal y como denunció estos días en León la presidenta del Consejo de Colegios de Trabajo Social. El desmantelamiento de los servicios sociales da paso a un sistema de beneficencia y caritativo para la gente empobrecida por la crisis y, paralelamente, a una red privada sólo al alcance de las rentas más altas y privilegiadas.

Cada vez hay más gente cerca del ropero de Cáritas y más lejos de las marcas del fashionismo.

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La crisis es económica, pero lo es sobre todo de valores porque, entre otras cosas, socava las bondades de la democracia representativa: si la hoja de ruta de los mercados priva de soberanía a los gobiernos, la promesa del mandato popular a través de las urnas se convierte en auténtica agua de borrajas. No digamos ya las promesas electorales, que andan por los suelos y por debajo de las alfombras de La Moncloa.

Ahora que se cumplen doscientos años de la Constitución de 1812 es oportuno recordar el contenido de su artículo 13, que dice: “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen”.

Está claro que dos siglos después, la felicidad del pueblo es una asignatura pendiente de los Gobiernos. Ahora su misión parece que es amargarnos la vida, “por nuestro bien”. Pero no es verdad que “Quien bien te quiere te hará llorar”. Ya vamos aprendiendo que el amor es otra cosa.

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Se oye decir a la gente “volvemos a los años 60” o “hay que regresar al campo”. Frases que en el fondo hablan de la tremenda involución que se está produciendo en nuestra sociedad y de la necesidad de un cambio de rumbo.

Cada vez son más las personas que deciden pasar de la indignación a la acción. La primera generación agroecológica de León es una avanzadilla de la nueva economía social, basada también en el comercio justo, en la creación de redes de apoyo mutuo y en el respeto al medio ambiente, a la salud de las personas y a los derechos humanos. Basada en el amor al planeta.

La primera mujer Nobel de Economía (2009), Elinor Ostrom, fue premiada como estudiosa destacada en el área de recursos compartidos o bienes comunes y en particular en cómo los seres humanos interactúan para mantener a largo plazo los niveles de producción de bosque, recursos hidrológicos, pesca, sistemas de irrigación y pastizales.

Ayer mismo recayó el premio Príncipe de Asturias a las Ciencias Sociales en la filósofa Marta Nusbaum, cuyo pensamiento se basa en el convencimiento de que quienes entienden de distinta manera lo que es el bien “pueden ponerse de acuerdo sobre principios éticos universales, aplicables allí donde se dé una situación de injusticia o discriminación”.

No son hechos aislados. En la aldea global hay conexiones infinitas entre lo grande y lo pequeño. El fin de semana pasado se celebró en Ponferrada la I Feria de la Sostenibilidad y hoy arranca en León el Festival Mundo Ético con una nueva pedalada del colectivo Bici Crítica. La Oficina Verde de la Universidad de León y famosos como Javier Pascual, Raúl Quijano y Manolo Martínez se suman al impulso de esta masa crítica que ha ido creciendo en las calles de León los últimos jueves de cada mes. Al menos por hoy son noticia.

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Porque al periodismo imperante de hoy le cuesta ver y dar las noticias de la calle, las de andar por casa y que más interesan a la gente. La crisis en los medios de comunicación no se puede reducir sólo a la revolución digital. Hay también una crisis de contenidos. Con todos los medios tecnológicos a su alcance, los medios de comunicación de masas viven cautivos de las agendas políticas y llegan a rechazar aquello que no llegue vía comunicados o convenientemente filtrado por el gobierno de turno, la facción del partido correspondiente o influyentes personajes del mundo empresarial, social o cultural.

Prácticas que por un lado facilitan la vida del periodista, por otro se han convertido en trampas para hacer información digna. El mismo gabinete de prensa que te manda notas y hasta fotos de las hazañas cotidianas del político o institución al que sirve, te niega el acceso a fuentes de información imprescindibles para contrastar una noticia o completar un reportaje. Simplemente no contestan a las preguntas o te remiten al gabinete de prensa de la Consejería de turno.

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He recibido estos días muchas muestras de reconocimiento y afecto por parte de personas cercanas y de algunas que ni siquiera conozco. Mi compañero Emilio Gancedo me definió en un generoso artículo como una periodista que “pisa más tierra que moqueta”. Realmente me sentí halagada. Pero es bien cierto que he tenido la oportunidad de desarrollar mi trabajo al margen de esa agenda cocinada porque el periódico para el que trabajo, el Diario de León, y sus sucesivos editores y directores han apostado por crear y mantener espacios periodísticos propios, en los que la investigación y el trabajo a pie de calle tienen un importante peso. Martínez Carrión, Fernando Aller y Pablo Lago, los tres directores que he tenido.

Pienso que nuestra misión como periodistas no es sólo informar, sino reivindicar estos espacios y llevar la voz de la calle a las historias que contamos. No se trata sólo de lo que nos den o dejen hacer. Se trata de no conformarse con lo que hay. De quejarse un poco menos y hacer un poco más.

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Por primera vez, el pasado 3 de mayo, día mundial de la Libertad de Expresión, centenares de periodistas salimos a la calle en España para reclamar un periodismo digno. Incluso en León, donde parecía imposible.

Periodismo digno es hacer información con rigor y estar al servicio de la sociedad. Para eso hace falta que haya periodistas en las redacciones y pluralidad de medios informativos. Hacen falta sueldos dignos y no dar marcha atrás en los logros que heredamos de las luchas de quienes nos precedieron. Que la crisis no se convierta en una excusa. En la prensa y en todos los rincones de la sociedad.

Suscribo con la periodista y escritora leonesa Olga Rodríguez la cita de Eduardo Galeano, que ella ha escogido para encabezar su libro “Yo muero hoy”, presentado el martes en León: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. Súmemonos a esa gente pequeña que hace pequeñas cosas desde lugares pequeños.

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Agradezco al jurado la valoración que han hecho de este trabajo que para mí representa el valor de las pequeñas cosas como motor de cambio en el mundo.  También estoy agradecida a los agricultores y agricultoras que tan generosamente me ayudaron a prepararlo compartiendo sus experiencias desde Matalabos del Páramo y Matadeón de los Oteros a Quilós, en las fértiles tierras bercianas, donde empecé mi carrera profesional.

Quiero mencionar también las espléndidas fotografías que Jesús Salvadores y Ana Barredo pusieron a este reportaje. Y al compañero Luis Cano por la maquetación.

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En este día de celebración no puedo dejar de recordar a unas personas muy importantes que nos han dejado y suponen grandes pérdidas para la ciencia de la economía y para la profesión periodística:

Al profesor Fabián Estapé que da nombre y prestigio a este premio.

A Vicente Pueyo, redactor jefe y compañero del Diario de León desde que empecé a hacer prácticas en aquella legendaria redacción de Lucas de Tuy.

A Maite Almanza, la incansable y risueña periodista del Diario de León en Astorga, La Maragatería, La Bañeza, La Cabrera…

Y a José Luis Estrada, que también fue compañero del Diario en mis comienzos y nos dejó en herencia su libro ‘A la plaza’

Se merecen nuestro homenaje, recordando y rescatando de la hemeroteca su contribución al periodismo y el servicio que prestaron a León con sus plumas.

Muchas gracias (y mucha suerte, añado ahora).

 Ana Gaitero Alonso, León 17 de mayo de 2012

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