“Más o menos periodista. Me gustan los nuevos medios y algunos de los viejos. Hago lo que puedo”, dice la biografía en Twitter de Mario Tascón.
Sentado en un café de Madrid, el exdirector adjunto de El Mundo, exdirector general del área digital del grupo Prisa y responsable de proyectos como Lainformacion.com se alista para hablar de los medios, un tema que lo apasiona, y que ahora trabaja desde Prodigioso Volcán, un emprendimiento que está haciendo más de lo que muchos sabemos.
“Tenemos varios campos: la consultoría de negocios, de flujos de trabajo, de rediseño de medios. Estamos haciendo El País, el rediseño de El Heraldo de Barranquilla y todo el cambio del sistema editorial de los sitios de Copesa. Hemos hecho National Geographic y en España la cadena SER. Asesoramos a los medios en su transformación digital, rediseñamos los flujos editoriales y los asesoramos con la estrategia digital”, dice Tascón. La empresa que montó tiene 40 personas, la mayoría es periodista y diseñador. No tienen personal de tecnología, y para requerimientos especiales buscan el apoyo de determinadas compañías.
¿En qué consiste la transformación digital de los medios?
-Hay dos tipos de medios: los nativos (que nacen transformados) y los antiguos (que necesitan transformarse porque están quedando atrás y no van al ritmo que la sociedad demanda). El negocio sigue en picada. En España estamos remontando una crisis muy fuerte en los últimos cinco años, pero se están recuperando todos los negocios salvo la prensa. Es incipiente. La radio está mejor, la televisión no ha estado mal, las revistas se han desmoronado y la prensa sigue desmoronada. Hoy en Madrid si sumas lo que vende El País, El Mundo, El ABC, La Razón e incluso los catalanes tenemos que no vende lo que hace cinco años vendía el segundo diario más vendido de la ciudad. Se dice que los medios de papel no durarán más de dos o tres años. No sé, pero los números son malos.
¿Qué se debe hacer?
-Tener la visión correcta. Y tratamos de ayudar a los medios en ese tema. Analizar con ellos si su gente tiene los conocimientos y la capacidad, así como los recursos. Y luego hacemos planes de acción. Chequeamos qué tienen y les indicamos los servicios que necesitan. A veces dirigimos los proyectos, o una parte de ellos. Somos muy multimedia. En España, por ejemplo, estarán ya acabados todos los desarrollos digitales de Antena 3, lo estamos haciendo. Solo conceptualización y diseño. La implementación es de Antena 3. Trabajar en radio, televisión y prensa nos da una gran visión Trabajar en la banca, como BVA, y con Coca Cola, nos da la oportunidad de aprender de ventas, marketing Aprendemos de ventas y marketing,
¿Qué busca la audiencia que los medios no le están dando?
-Hay un problema de credibilidad. Cuando hay movimientos sociales, como el 15 M,la protesta va contra los medios. La credibilidad está en las redes sociales, en periodistas sueltos, en ciudadanos, pero no necesariamente en las cabeceras. Por otra parte, ya hay problemas del contenido y calidad. No siempre ofrecen lo más adecuado. No están siendo rápidos en el empaquetamiento, van por detrás. El Snow Fall de NYT es un ejemplo: la profesión se fascina cuando el NYT hace cosas que llevan hace años haciéndose en la web. Hablan del cambio del periodismo, pero eso existe, y es un éxito probado. El branded content es algo que las empresas llevan hace años haciendo, pero los medios recién quieren hacerlo. ¿Dónde estaban los periodistas cuando se empezó con eso? El mercado ya los desbordó.
Los medios siempre estamos varios pasos atrás
-Sí, varios pasos atrás. Es un problema que llegan tarde al servicio a la sociedad y con modelos de negocio fallidos. Volver a intentar los mecanismos de los 90, una y otra vez, es algo absurdo. ¿Por qué repetir los mismos? Llegan otros gerentes y hacen lo mismo. En el camino deterioran el negocio, la credibilidad y el ambiente de trabajo. La gente más inteligente se les va a otro tipo de compañías, pierden talento de una manera escandalosa. Hoy si eres joven y trabajas en un periódico de Madrid dices ‘qué bueno, tengo trabajo’. Pero lo que realmente mola es trabajar en Google. Son síntomas de lo que pasa y no podemos seguir cometiendo estos errores.
¿Qué características debería tener hoy una redacción para funcionar de acuerdo a las necesidades del mercado? Es cierto que cada medio tiene necesidades y realidades distintas, pero quizás tienes algunos lineamientos concretos.
-Cuando veo que hay gente que sigue hablando de la integración me preocupo. Bueno, que sigan hablando. Pero hoy debemos tener una atención clara sobre los canales. No se trata de mezclar todo, de incluir a los caza audiencias digitales y al de móviles por la redacción y pensar que ya está. Hay que entender que cada canal es distinto, que cada canal tiene una narrativa distinta. Una redacción no es un sitio que genera texto, y que luego se vuelca al digital, y luego a los móviles. No podemos dedicarnos a hacer periodismo como se hacen zapatos. No es algo mecánico. Hay que cambiar el concepto y pensar en nuevas narrativas.
Integración y convergencia son palabras que cada día tienen menos importancia en la verdadera transformación de las redacciones. ¿Tenemos que ir más allá?
-Integración y convergencia son conceptos desactualizados para las redacciones, pero se sigue hablando de eso. Hoy tenemos que pensar en la sincronización Lo que hace falta es una sincronización de canales, de canales de distribución. Tienes distintos medios: el medio web no es el mismo que el impreso y la web no es lo mismo que el móvil. Las redes sociales tienen un comportamiento diferente a todo lo anterior. No puedes hacer café para todos. En las organizaciones periodísticas tienen una lista de cosa de cosas que deben hacer y que les hace creer que todo está bien (por ejemplo, están en redes sociales, tienen seguidores, tienen SEO… Felices). Pero no lo están haciendo de manera eficaz. Se trata de una sincronización de flujos. Y de saber qué personas intervienen en el flujo, qué personas no, qué personas solo atienden una cosa, quiénes son los dueños de la cosa y quién es el responsable de que el móvil funciona. Si hoy se cae la rotativa se toma como el fin del mundo, pero si el móvil deja de funcionar diez minutos o un día lo ven como algo leve, cuando es un gran problema. Necesitamos una redacción con esa visión.
¿Y qué tipo de periodistas se necesita para adaptarse a este modelo?
-Los periodistas necesitan una cierta extensión de sus habilidades. No creo en el periodista que debe saber de todo, pero creo que un periodista debe tener un conocimiento mayor de redes sociales. Es evidente. No tanto por las redes sociales sino porque deben manejar conocimiento sobre distribución. En esto interviene el periodismo, no solo el medio. Debe tener habilidades mutimedia: saber usar o por lo menos entender cómo funciona el audio, el video. Por lo menos, para dirigir. No es que el periodista lo haga todo. Debe tener un mínimo de conocimiento en capacidades multimedia y distribución.
¿Cómo decides abandonar una redacción para hacer un emprendimiento?
-Me parecia muy difícil desarrollar las cosas en los medios convencionales a la velocidad que me parecía adecuada. Hago este emprendimiento y estoy contento. Si yo fuera un medio grande trabajaría con emprendimientos así.
¿Todavía hay miedo al cambio entre los periodistas, incluso en los jóvenes?
-A mucha gente le da miedo el cambio. A los periodistas no les da miedo el cambio, les da miedo perder con los cambios, pero en verdad ganan. Cuando yo paso de un medio grande a uno pequeño renuncio a mucho, a mi secretaria, a beneficios, e incluso a mi sueldo. Hay que evaluar lo que se pierde y si vale la pena. Yo gané libertad, capacidad creativa y posibilidad de hacer negocios. Esa evaluación personal que yo hice, cada persona y cada empresa debe hacerlo. Si seguimos con el proceso del pasado vamos camino al fracaso. Las redacciones y la famosa integración se ha hecho en base a números, y no en base a la composición de la organización. No es un tema numérico.
Para Mario Tascón, la actitud del periodista es fundamental Aceptar el cambio, quejarse menos y preocuparnos por mirar el futuro con optimismo. “No podemos seguir pensando en el pasado, en lo que se ha perdido. Hay que pensar en lo que queremos hacer, en cómo diseñar el futuro y dejar esa especie de miedo paralizante”, dice este hombre que se reinventa cada cierto tiempo.