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La asociación de periodistas de León lamenta el fallecimiento del periodista Jose Luis Estrada Liébana.  Fue anoche en el Hospital Monte San Isidro de León.

Estrada Liébana (Truchas, 1959) desarrolló una amplia carrera profesional en la que destaca la dirección de los periodicos Diario 16 de Burgos y La Crónica de Leon.

Jose Luis Estrada estaba casado con la periodista Esther Bajo y era padre de dos hijas a las que la APL quiere transmitir su pésame.

El periodista Francisco J Martínez Carrión, gran amigo de Estrada, ha escrito este obituario que reproducimos a continuación.

OBITUARIO

José Luis Estrada, un periodista de referencia

Qué pena que uno se tenga que morir para recibir los mejores halagos tanto sobre su vida privada como la profesional.  Así es la vida o, mejor dicho, la muerte. José Luis Estrada Liébana es uno de los mejores profesionales del periodismo que yo he conocido y, sin embargo, llevaba más de un año y medio en el paro. Después de toda una vida profesional en la que dio lo mejor que llevaba dentro, al final se consumió desconcertado por la situación tan injusta que vivía a nivel profesional. Menos mal que tenía lo más importante, el amor de su mujer y de sus hijas, un aliento y respaldo que le llevó en los últimos dos años a sacar de si mismo lo mejor de su experiencia profesional: la capacidad analítica para abordar la tremenda crisis financiera, económica, social y de valores de España y de todo Occidente.

Práctico y racional, José Luis era lúcido en su análisis. Lector empedernido trataba de buscar en miles de páginas webs y libros las claves de la tremenda crisis, de la que él fue una víctima. Fruto de su enorme capacidad de análisis salieron los tres folletos/libros de “A la plaza”, trabajo intelectual mayúsculo, apenas reconocido ni valorado ni siquiera por a quienes iba dirigido. Utópico y liberal hasta el final.

La vida profesional de José Luis comenzó en la paramera manchega, en Almagro, en uno de los pueblos más bonitos de España. En el colegio de los Dominicos y, luego, en el instituto nació su espíritu crítico e inquieto. Muy al final del COU decidió estudiar periodismo. No estaba muy convencido, pero algo dentro de él le llamaba a una de las profesiones más apasionantes. Y no fue un periodista cualquiera ni mucho menos acomodaticio. Fue siempre un espíritu libre, comprometido con los más débiles, buscador de historias humanas y, siempre, siempre, con la verdad por delante. Honesto consigo mismo y con los demás. Y, eso sí, poco corporativista.

Trabajó en gabinetes de prensa, pero su profesionalidad la ejerció de llenó en Diario de León, donde llegó a redactor jefe, y no siguió su carrera en ese periódico por su inquebrantable afán de dar la cara ante los poderosos y presentar batalla por la verdad. Desplegando esas banderas marchó a Burgos y puso dinero de su bolsillo, y de su mujer, para sacar adelante el bello y generoso proyecto del Diario 16 de Burgos, luego transformado en El Mundo de Burgos. También allí los poderosos ganaron la batalla, pero José Luis fue siempre un junco, podrían doblegarle, pero nunca quebrar o tronchar su espíritu indomable.

Y regresó a León, a La Crónica, y aquí volvió a dar lo mejor de sí mismo. Luchó, sobrellevó desde el ostracismo las malas épocas, ejerció de maestro y, al final, desarrolló el mejor periodista que llevaba dentro, dirigió con diplomacia y mano izquierda y, sin embargo, nuevas olas de intereses ocultos, que tanto han empobrecido a León, se lo llevaron por delante. Quedó desconcertado ante tanto silencio culpable, pero no tiró la toalla. Buscó nuevos caminos. Abrió las puertas que le ofrecían las nuevas tecnologías. Se dedicó a escribir algunos de los ensayos más lúcidos que se hayan expuesto sobre la crisis actual. Y acababa de recibir el primer ejemplar de su nuevo libro cuando la muerte traicionera nos heló a todos el corazón.

La situación de parado le traumatizó y, seguramente, afectó a su salud. Era de carne y huesos, como todos. Afortunadamente su obra es inmortal y queda en las hemerotecas. Algún día algún investigador hará justicia y le pondrá como ejemplo de periodista ético, libre y comprometido en los tiempos del cólera. En tiempos de crisis, cambios y transformaciones, su trayectoria periodística permanecerá como ejemplo para muchos de nosotros.

Francisco J. Martínez Carrión.

Periodista

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