El informe anual de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) no ha arrojado cifras positivas en cuanto al número de profesionales de los medios que han perdido la vida en el desarrollo de su trabajo en medio de situaciones de conflicto. Según los datos recogidos por el organismo 118 periodistas y trabajadores de la comunicación han muerto en estas circunstancia, 13 asesinatos más que en año anterior. A este balance negativo se le une la muerte de otros 17 periodistas que perdieron la vida en accidentes de tráfico o como consecuencia de desastres naturales durante misiones profesionales.
Según la XXIV edición de esta lista realizada por la FIP, Asia Pacífico ha registrado el mayor número de muertes, con un total de 35, lo que la convierte en la región más peligrosa del mundo por segundo año consecutivo para los trabajadores del sector periodístico. Oriente Medio ocupa la segunda posición con 31 fallecidos, seguido del continente americano, que ha contabilizado un total de 26. África se sitúa en cuarto lugar con 17 muertes violentas y Europa cierra el listado con 9.
Las actuales guerras que se viven en Siria, Irak y Ucrania y las violentas insurgencias de Pakistán y Afganistán también son la causa de muchas de estas muertes. Por países, Pakistán es más peligroso con 14 periodistas muertos por delante de Siria con 12. Desde la Federación han vuelto a reclamar a los Gobiernos más protección y seguridad para los profesionales de la comunicación y han recordado decapitaciones públicas como las de los reporteros autónomos británicos James Foley y Steven Sotloff a manos de militantes del autoproclamado Estado Islámico.
No hay que olvidar que otras causas de asesinato durante el último año como han sido los temerarios ataques a estos trabajadores y a sus oficias de trabajo en lugares en conflicto como Ucrania o la Franja de Gaza y el implacable régimen del terror y la violencia del crimen organizado en América Latina y países como Honduras y México.