Locutores de radio, presentadores de televisión, profesores o telefonistas. Son algunos de los profesionales que utilizan la voz no solo como principal vía de comunicación, sino como herramienta de trabajo. Sin embargo, no todos son conscientes de la de la necesidad de acudir a tiempo al otorrinolaringólogos para prevenir patologías y complicaciones asociadas a un mal cuidado de la misma. En el marco del Día Mundial de la Voz, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial (SEORL PCF) ha querido concienciar al respecto.
‘A pesar de que cada vez más profesionales dependen de su voz para ejercer su trabajo, ésta no suele recibir la atención adecuada. Es bastante habitual que el paciente ignore los primeros síntomas. Por ello, recomendamos acudir a consulta cuando una disfonía dure más de dos semanas’, explica el doctor Ignacio Cobeta, responsable de la organización del Día de la Voz en España. Este especialista recalca que es importante ‘ir al médico en estos casos si no se ha sufrido ningún proceso catarral o gripal y se trata de un paciente mayor de 50 años que bebe y fuma’.
Entre el 5 y el 7% de los españoles sufre algún trastorno de las cuerdas vocales que requiere atención médica, según los datos de la SEORL. Otros síntomas que pueden avisar de un problema grave son ‘tumoraciones (bultos) en el cuello, saliva teñida de sangre, dificultad para respirar por la boca o un dolor profundo del oído, sin estar acatarrado ni oír peor’, relata el doctor Cobeta, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
En el caso de los profesionales de la voz como docentes, cantantes, actores, periodistas radiofónicos o teleoperadores, se debe prestar atención a las disfonías recurrentes. Entre los profesores, para quienes las patologías de la voz son la segunda causa de baja laboral, es habitual que las ronqueras aparezcan a finales de semana.
Para cuidar la voz, los especialistas recomiendan evitar el ruido del ambiente, no hablar por encima de nuestras posibilidades, utilizar bien los recursos vocales, mantener una buena hidratación, dormir lo suficiente, evitar gritos y tensiones psicológicas, no carraspear ni toser con fuerza, hablar poco en caso de laringitis, y no fumar.