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«Las ediciones impresas de los periódicos no están en retroceso, están muertas, son cadáveres pendientes de embalsamar. Hay estudios de algunas consultoras que indican que van a desaparecer en los próximos años, lo que pasa es que hay tantos intereses creados que esos informes están ocultos por algún cajón». Pedro J. Ramírez, director de El Español, fue categórico al vaticinar el fin del periódico impreso en su intervención, ayer, en la tercera  y última de las jornadas sobre periodismoque, organizadas por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) con la colaboración de la Fundación Bancaria «la Caixa», se han celebrado, durante este mes de octubre, en CaixaFórum de Madrid.

Fue la presidenta de la FAPE, Elsa González, la encargada de presentar al veterano periodista, al que calificó como «gran provocador» y como una de las figuras esenciales del periodismo en lengua española, que ha sido calificado por The Guardian como el periodista europeo más importante del último cuarto de siglo.

Tras defender el periodismo digital de calidad, Ramírez dijo tener, pese a la consolidación del medio que él dirige,  una visión del sector cargada de preocupación,  porque la edad de oro que algunos han venido augurando no está dando un modelo de negocio viable que permita el necesario nivel de desarrollo. «La crisis económica general se ha terminado, la de la prensa no. Es más, continúa habiendo una tendencia de destrucción de empleo en el sector, de disminución en el presupuesto de colaboraciones y de los gastos destinados al despliegue informativo. Yo sigo viendo un riesgo de proletarización del periodismo digital como consecuencia de la debilidad del modelo de negocio», dijo.

Para Pedro J., hay dos factores claves que configuran un escenario de preocupación. En primer lugar, el que los ingresos publicitarios han ralentizado su crecimiento y se ha acelerado su concentración en los dos gigantes, Google y Facebook; en segundo lugar, la situación del bloqueo del mercado de inscripciones digitales en la prensa española. «Es imprescindible, para recuperar el sector, que se introduzca un sistema mixto, según el cual se establezcan en el mundo digital parámetros similares a los que ha habido en el mundo tradicional. Es decir, que los ingresos por publicidad se complementen con los ingresos por contenidos«, aseguró. «Si al frente de los medios tradicionales hubiera empresarios y no comisarios políticos, en España se pagaría por el periodismo digital de calidad desde hace años«, añadió.

El director de El Español explicó que, con la crisis, se hundió el modelo de negocio tradicional,  los propietarios se asustaron y el poder interno se desplazó de los contenidos de calidad hacia la búsqueda de subvenciones. La capacidad de decidir pasó de los directores a los gerentes, y no a los mejores gerentes, sino a los más dispuestos a negociar con el poder. «España es el país occidental más atrasado en el cambio del modelo de negocio, en la introducción del modelo mixto. Los propietarios han estado demasiado ocupados visitando a Soraya (Saénz de Santamaría) para conseguir sus favores y su protección. Tanto, que no han tenido tiempo de modernizar sus empresas».