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El cierre del diario gratuito ADN es la peor noticia que podíamos recibir en los últimos días de 2011 y un presagio de lo que está por venir en los próximos meses si la publicidad sigue sin recuperarse y los medios no encuentran  un nuevo modelo de negocio que les permita sobrevivir.

La desaparición de ADN, en el que trabajaban 60 periodistas, cierra otro año negro para el periodismo en España,  doce meses en los que, como en los cuatro años anteriores, la pérdida de puestos de trabajo ha sido constante. A estos se suman, tan solo en la última semana, los 47 puestos de trabajo suprimidos en Castilla y León (RTVCyL, El Día de Valladolid y Servicios de Prensa Comunes, del grupo Promecal), y el anuncio de que el diario Avui prescindirá de 64 trabajadores de manera inmediata.

El sector de los medios de comunicación ha perdido al menos 4.421 puestos de trabajo desde noviembre de 2008, en datos del Observatorio de la Crisis de la FAPE.

El dramático momento que vive el periodismo afecta directamente al derecho a la información y al derecho a un trabajo digno que garantiza la Constitución.

Los despidos, el empeoramiento de las condiciones laborales y los cierres de medios en los últimos años están causando un grave deterioro de la calidad informativa,  además de debilitar el compromiso de la prensa con las libertades, el respeto a las personas y el pluralismo.

Los gobiernos central  y autonómicos tienen que saber que la defensa del trabajo de los periodistas fortalece y garantiza la libertad de expresión.

Artículo original en FAPE.

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