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Un grupo de expertos ha analizado este miércoles, en el Desayuno CENTAC, las consecuencias del Big Data, una tecnología que, a su juicio, permitirá abordar problemas informativos futuros. «Nunca hemos estado tan cerca de analizar y usar tanta información como la que emana del llamado Big Data», han apuntado.

En el encuentro, participaron el director general de CENTAC, Juan Luis Quincoces; el jefe de División de Ingeniería de Software y Desarrollo en GMV, José Carlos Baquero, el director de Desarrollo de Negocio en Informática de El Corte Inglés, Javier Navarro y el consultor experto en plataforma de datos de Microsoft, Emilio D’Angelo.

Para Quincoces, el Big Data «es la posibilidad de tratar con velocidad una cantidad ingente de datos de origen muy variado, las llamadas tres V: volumen, velocidad y variedad».

En este sentido, ha señalado que las «redes sociales como Twitter generan cerca de 12 terabytes de tweets al día, y Facebook almacena más de 100 Petabytes de imágenes y vídeos por día». «En 2020 habrá entre 40 y 80 mil millones de cosas conectadas», ha insistido el director general de CENTAC.Big Data Spain

Además, ha asegurado que «existen millones de dispositivos y sensores que aportan datos e información continuada y son una fuente ingente de datos a procesar». «Big Data es una fábrica de información y en ella, hacen falta distintos obreros», ha destacado.

En este sentido, D’Angelo y Baquero explicaron que «Big Data requiere de nuevos perfiles profesionales: data scientist, arquitecto de la información y el transmisor de resultados al cliente». El científico de datos, en su opinión, «sería un estadístico o matemático que debe tener conocimiento de negocio».

Todos los expertos coincidieron en que «no existe en este momento una sola persona que pueda cubrir todos los perfiles». No obstante, a medida que este tipo de tecnología se vaya haciendo más sencilla, la propia gente de la empresa se va a poder reconvertir en este tipo de perfiles.

INFLUENCIA BIG DATA

Para los ponentes, Big Data aporta una información que podrá acelerar la investigación en el ámbito celular, evitar epidemias, prever incendios, acelerar la investigación ambiental, participar de la seguridad física y virtual, luchar contra el crimen o personalizar los servicios.

Pero esta revolución de los datos y la información, en palabras de Quincoces, «lleva a reflexionar acerca de la influencia que tendrá todo ello en la vida, a preguntar acerca del equilibrio entre información, seguridad y privacidad». «Es un momento adecuado para la entrada de la ética, un entorno donde se tiene demasiada información de las personas.

Según Baquero, con «tanta información» se observan «tendencias de aglutinar información y datos sin tener claro el objetivo». De esta manera, a su juicio, «se podría caer en un síndrome de Diógenes Digital».

En opinión de Navarro, «Big Data no rompe nada, pero cambia el campo de batalla. La tecnología va a ayudar a una preparación mejor de aquí en adelante donde el pez más rápido se comerá al lento». Para Navarro, los próximos 5 años

 

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