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Con motivo de la celebración del Día Mundial de Internet, este 17 de mayo, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) insta a los medios de comunicación a fomentar laparticipación en la Red bajo criterios éticos y deontológicos,  sobre todo en lo que se refiere al respeto a la imagen y el honor de las personas.

La FAPE extiende este llamamiento a los ciudadanos, en general, y a los políticos, en particular, ya que hemos recibido denuncias de periodistas cuya tarea está siendo atacada por candidatos electoralesmediante campañas en las redes sociales.

Este lamentable comportamiento se hace insoportable en el caso de ataques vejatorios a compañerasamparados en el anonimato. La cobardía moral y personal de quienes promueven estas campañas plantea serias dudas sobre qué tipo de representantes van a ser elegidos y cuál es su nivel de compromiso con la democracia.

Contenidos y participación

El futuro son los contenidos, pero esos contenidos necesitan periodistas que cumplan escrupulosamente los principios éticos y deontológicos de su profesión y que alejen de ella, con su comportamiento, a los que caen en el amarillismo, el servilismo o el escándalo interesado, según reflejaba el Manifiesto de Pamplona, aprobado por la Asamblea General de la FAPE el 9 de abril pasado.

La FAPE defiende la participación del lector, el intercambio de opiniones, que considera que es muy saludable en cuanto a la democratización de la información, dando posibilidad al lector de interactuar y acabando así con la posición monolítica del medio y de quien escribe.

Sin embargo, esta organización constata que, bajo el paraguas de esa inocente interacción, los medios de comunicación digitales vienen amparando opiniones anónimas o con seudónimos de lectores que en ocasiones dañan la imagen o el honor de terceros, quedando totalmente impunes, incluso a cambio deconseguir más visitas.

Mientras que los medios de comunicación han sido extraordinariamente escrupulosos a la hora de publicar lo que se ha denominado tradicionalmente Cartas al director, solicitando los datos de quienes las escriben, desde nombre y apellidos, hasta DNI, domicilio y teléfono, generalmente vienen manteniendo un comportamiento bastante permisivo en cuanto a la difusión de estos comentarios, a veces automáticos, sin pararse a recoger los datos del comunicante y, sobre todo sin comprobarlos.

Es cierto que dominar la velocidad que proporciona la técnica es imposible pero, si resulta complejo identificar a todos los lectores que realizan comentarios y no es posible ni lograr un correo electrónico fiable, al menos deberían de moderarse antes de su publicación, para que no salieran a la luz informaciones que pudieran estar dañando derechos de otros ciudadanos.

Esta participación no sólo se lleva a cabo en los comentarios que se incluyen debajo de algunas noticias u opiniones sino que también se está extendiendo a las redes sociales donde los medios trasladan sus debates para, de forma legítima, obtener más lectores en la Red. Ahí también se registra a veces cierta anormalidad, aunque menor que en los comentarios, por la existencia de perfiles falsos de los intervinientes o suplantaciones de personalidad.

Ver artículo completo en la web de FAPE.

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